
En un discurso de 11 minutos de duración en la Universidad de Harvard, hace 70 años, el general George Marshall estableció las bases para un plan de recuperación para Europa que creó lazos que han vinculado al continente con Estados Unidos desde entonces.
Marshall eligió esa ocasión discreta el 5 de junio de 1947 para anunciar el masivo programa de ayuda estadounidense para reconstruir Europa a partir de las ruinas de la Segunda Guerra Mundial. El Programa Europeo de Recuperación, que pasó a conocerse como el Plan Marshall, anunció una nueva y expansiva política exterior estadounidense y ayudó a crear los vínculos que todavía unen a Europa y Estados Unidos.
Las ideas que el discurso de Marshall encarna: reconciliación, responsabilidad y generosidad de Estados Unidos, y la economía mundial interconectada, todavía resuenan.
Marshall, que como jefe de Estado Mayor del Ejército de los Estados Unidos había ayudado a organizar la invasión aliada de Francia de 1944 que condujo a la derrota de las fuerzas alemanas de Adolfo Hitler, fungía como secretario de Estado del presidente Harry Truman cuando fue a Harvard para recibir un título honorario.
Su discurso dejó en claro que el motivo del programa, que canalizó más de 13.000 millones de dólares a Europa durante los siguientes cuatro años, no era sólo humanitario sino también práctico.

Marshall creía que era esencial que Europa se recuperara como una región democrática estable para contrarrestar las ambiciones expansionistas de la Rusia comunista y que se convirtiera en un socio económico y comercial esencial para Estados Unidos.
“Nuestra política no se dirige contra ninguna política o doctrina sino contra el hambre, la pobreza, la desesperación y el caos”, dijo Marshall. “Su propósito debe ser el restablecimiento de una economía que trabaje en el mundo para permitir el surgimiento de condiciones políticas y sociales en las que puedan existir instituciones libres”.
Reflejaba una creencia en Washington de que un futuro próspero para Estados Unidos, todavía con las cicatrices de su propia depresión económica, estaba ligado al destino de Europa occidental.
Nueva esperanza para Europa
Estados Unidos, que ya había enviado tropas y armas para derrotar a Hitler en Europa, proporcionaría dinero, alimentos y suministros de energía, pero Marshall dejó claro que los propios estados europeos tenían que asumir la responsabilidad de llevar a cabo la reconstrucción. “Este es asunto de los europeos”, dijo.

Desafió a los países europeos a cooperar, a romper las barreras políticas y comerciales del pasado. “El programa debe ser uno conjunto, acordado por una cantidad, si no por todos los países europeos”, dijo.
El discurso suscitó un sentido inmediato de esperanza en Europa. Representantes de 16 estados de Europa occidental se reunieron en París y en septiembre presentaron al gobierno de Estados Unidos un documento conjunto que calculaba las necesidades de la reconstrucción europea. El 3 de abril de 1948 Truman firmó la Ley de Asistencia Extranjera permitiendo que el Plan Marshall siguiera adelante. La ayuda comenzó inmediatamente.
Alemania Occidental fue incluida en el plan en 1949 después de haberse restaurado un cierto autogobierno. El canciller alemán de la posguerra, Konrad Adenauer, que evaluó el Plan Marshall en 1964, dijo: “Probablemente por primera vez en la historia un país victorioso extendió su mano para que los vencidos volvieran a levantarse”.
El plan generó un resurgimiento de las industrias europeas, incluyendo el carbón y el acero. Los países se recuperaron mucho más rápidamente de lo previsto. También estimuló la economía de Estados Unidos, porque la mayor parte del dinero asignado se destinó a bienes suministrados por fábricas y proveedores estadounidenses.
Cambio histórico en la política exterior estadounidense
El veterano diplomático estadounidense Henry Kissinger escribió más tarde sobre la simplicidad del discurso de Marshall en Harvard: “Marshall no invocó anécdotas autocríticas ni metáforas poéticas para ilustrar la importancia de la ocasión”.
Kissinger dijo que los estadounidenses habían considerado la política exterior como una serie de discretos desafíos a resolverse caso por caso, pero este discurso marcó un cambio histórico.

El discurso de Marshall, aunque no fue en gran detalle, expuso los principios de la relación transatlántica que se desarrolló en las décadas siguientes.
El presidente Bill Clinton, que conmemoró el 50 aniversario del discurso en 1997, dijo: “El Plan Marshall transformó la forma en que Estados Unidos se relacionaba con Europa y, al hacerlo, transformó la manera en que los países europeos se relacionaban entre sí.
“Plantó las semillas de instituciones que evolucionaron para unir a Europa Occidental, para la OCDE, la Unión Europea y la OTAN. Allanó el camino para la reconciliación de viejas diferencias”, dijo.
En 1953, Marshall recibió el Premio Nobel de la Paz por su promoción del plan.
Este artículo fue elaborado por el redactor independiente David Storey.