La protesta por los derechos para los discapacitados conocida como “arrastrándonos en el Capitolio” (Capitol Crawl, en inglés) que tuvo lugar el 12 de marzo de 1990, puede que haya sido el catalizador más importante para la aprobación hace 25 años de la Ley de estadounidenses con discapacidades (Americans with Disabilities Act -ADA). La ley pretendía acabar con la segregación de las personas con discapacidades físicas y mentales y darles iguales oportunidades para participar en la sociedad, vivir independientemente y alcanzar su autosuficiencia económica.
Más de 1.000 manifestantes llegaron aquel día a Washington para instar al Congreso a la aprobación de la medida, estancada desde hacía varios meses. Haciendo un llamamiento a favor de medidas inmediatas, los participantes cantaban “¿Qué queremos?” “!ADA!”, y “¿Cuándo la queremos”, y contestaban “Ahora mismo”.
I. King Jordan, el primer presidente sordo de la Universidad Gallaudet, dijo “no estamos pidiendo ningún favor. Lo que simplemente pedimos son los mismos derechos e igualdades que tiene cualquier otro estadounidense”.

Luego, para simbolizar las barreras que los discapacitados confrontan, más de 60 activistas dejaron sus muletas, sillas de ruedas, sillas motorizadas y otros artefactos movilizadores, y comenzaron a arrastrarse para subir los 83 escalones de piedra que conducen al Capitolio.
Los medios informativos mostraron a Jennifer Keelan, una niña de 8 años con parálisis cerebral, que decía “me pasaré aquí toda la noche si tengo que hacerlo”, mientras se impulsaba con los brazos y la manos.
Le seguía de cerca Michael Winter (en inglés), que había nacido con una alteración genética que hacía que sus huesos se quebraran, lo que lo obligaba a usar una silla de ruedas.
Ese día comenzó reflexionando sobre cómo su discapacidad lo hacía víctima de la discriminación, como era el verse “obligado a ir a una escuela especial segregada, en lugar de a una escuela integrada, que no se le permitiera usar los autobuses de Continental Trailways por su discapacidad y de que le dijeran en un restaurante ‘no atendemos a personas con discapacidades”, relató.
“Sentí que era necesario mostrarle al país el tipo de cosas que tienen que enfrentar las personas con discapacidades día tras día. Teníamos que estar dispuestos a luchar por lo que creíamos”, dijo Winter.
La atención añadida y la presión política que provocó la protesta del arrastre por el Capitolio tuvo éxito. En menos de cuatro meses el Congreso aprobó la ADA (en inglés), el presidente George H.W. Bush la promulgó como ley el 26 de julio de 1990.
La ley prohíbe la discriminación a causa de la discapacidad física o mental en el empleo y asegura el acceso a edificios y al transporte público y privado.
“Hagamos que este vergonzoso muro de exclusión finalmente sea derribado”, dijo Bush en la ceremonia de la firma.