Los “derechos de propiedad intelectual” (DPI) suenan como algo complicado, pero en realidad es algo sencillo. Si uno crea algo nuevo y útil, una invención, una obra artística, incluso un método de negocios, se pueden tener los derechos exclusivos para obtener ganancias de ello, por lo menos durante un tiempo.
La constitución de Estados Unidos reconoce la importancia de los DPI. (“El Congreso tendrá facultades … Para fomentar el progreso de la Ciencia y de las Artes útiles, garantizando a los autores e inventores el derecho exclusivo a sus respectivos escritos y descubrimientos por tiempo limitado”)
El Congreso estableció en 1790 normas para conceder las patentes y autorizar a los secretarios de Estado, Guerra y al fiscal general el concederlas. Actualmente las patentes (que se refieren a los inventos), derechos de propiedad intelectual (para obras literarias y artísticas) y marcas registradas (para logos y artículos que definen una marca) las concede la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos (USPTO).
Aunque las normas para los DPI y su aplicación varían según el país, los derechos de propiedad intelectual, como sea que se definan, son cruciales para los emprendedores, sin importar si su negocio es grande o pequeño. Como alguna vez lo explicó Abraham Lincoln “el Sistema de Patentes le agregó el combustible del interés al fuego del genio”.
Consejos de un experto
En antelación a la Cumbre Mundial del Emprendimiento convocada por la Casa Blanca del 22 al 24 de junio y que tendrá lugar en el Valle del Silicio en California, el vicedirector de la Oficina de Patentes y Marcas Registrada, Russell Slifer, respondió a preguntas de empresarios de Nigeria, Botsuana, Brasil y otros lugares.
(Vídeo en inglés)
“Casi todas las empresas tiene propiedad intelectual. Puede que no lo reconozcan pero es algo que debe ser pensado por cada emprendedor, cada artista, por cualquiera que establezca un negocio”, observó Slifer.
La USPTO ofrece herramientas (en inglés) para ayudar a los empresarios y a los inventores a comprender el proceso de las patentes. También ofrece amplia capacitación para jueces, examinadores y encargados de elaborar políticas que intentan mejorar la protección de los DPI en sus países.
Slifer reconoció que conseguir una patente puede resultar cara. Recomendó a los empresarios evaluar con claridad la naturaleza de su propiedad intelectual y determinar si precisan protección legal para evitar que alguien trate de copiarla.
Uno de los beneficios es que una patente puede ayudar a un empresario a conseguir capital de riesgo. Incluso si el emprendimiento fracasa, dijo Silfer, el empresario podría vender la patente.
Un participante del foro en Gaborone, Botsuana, preguntó qué es lo que un empresario debe hacer luego de conseguir una patente o una marca registrada.
“Quisiera poder decir que tan pronto como se consiga la protección de la propiedad intelectual el mundo se pone a sus pies y no hay competencia”, dijo, pero ello no significa “que su producto vaya a ser aceptado en el mercado”.
Aún así, los estudios muestran que las patentes y las marcas registradas “ayudan a las empresas incipientes a crear puestos de trabajo, fortalecer los mercados y con el tiempo a tener éxito”, dijo Slifer.
Estados Unidos y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual pueden ayudar a los países a mejorar sus protecciones, pero en el fondo se precisa que haya colaboración de aquellos “que trabajan y hacen negocios en un país, hablando con sus propios representantes cuando el sistema no esté funcionando bien”, agregó.
Jean Bonilla, directora de la Oficina de aplicación internacional de las leyes de propiedad intelectual del Departamento de Estado de Estados Unidos, fue la moderadora del foro.