
Estados Unidos y sus aliados europeos están decididos a exigir a Rusia que libere inmediatamente a los tres buques ucranianos y a los 24 tripulantes de los que se apoderó el 25 de noviembre, así como que mantenga el estrecho de Kerch abierto a los buques que viajen a puertos ucranianos en el mar de Azov.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, calificó el incidente como el último de una serie de violaciones flagrantes de la soberanía de Ucrania y Georgia, incluida la supuesta anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014.
“Hay total unanimidad en cuanto a que la acción de Rusia fue ilegítima e inaceptable y que deben restablecerse los medios de disuasión”, dijo Pompeo el 4 de diciembre después de que los ministros de Asuntos Exteriores de los países de la OTAN se reunieran en Bruselas.
Las fuerzas rusas atacaron y dispararon a los barcos ucranianos, hiriendo a miembros de la tripulación, y se apoderaron de los barcos y del personal en el mar Negro, cerca del estrecho de Kerch.

Europa y el mundo están comprometidos colectivamente a “negar a Rusia la capacidad para seguir violando normas del derecho internacional” y a “desarrollar una serie de respuestas que demuestren a Rusia que este comportamiento es inaceptable”, expresó el secretario de Estado.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que después de la supuesta anexión de Crimea, Rusia ahora está intentando utilizarla “para expandir su influencia y controlar el mar de Azov”.
Rusia debe “permitir la libertad de navegación y permitir el acceso sin obstáculos a los puertos ucranianos”, dijo Stoltenberg.
Estados Unidos está coordinando con los aliados europeos para hacer más por ayudar a Ucrania.
Los funcionarios estadounidenses consideran que el ataque de Rusia contra barcos ucranianos cerca del estrecho de Kerch es una escalada peligrosa y señalan que es la primera vez que los rusos admiten abiertamente utilizar sus propias fuerzas para llevar a cabo un ataque contra las fuerzas ucranianas.
El presidente Trump canceló una reunión con el presidente ruso Vladimir Putin en la reciente cumbre del G20 en Buenos Aires (Argentina) debido al incidente.