“¿Tú? ¿¡Pero si eres una muchacha!” Esto es lo que respondía la gente cuando la joven violoncelista Alondra de la Parra les decía que quería dirigir una sinfonía importante. “¡Y eres mexicana!”

De la Parra jamás dejó que otras personas la disuadiesen de sus expectativas. De la Parra, nacida en Nueva York, volvió a esa ciudad y se inscribió en la Escuela de Música de Manhattan. Aprendió mucho, pero rara vez escuchó obras de compositores de Las Américas. Pensó que alguien debía hacer algo al respecto.

Ese alguien era ella. En su segundo año de universidad, inició la Orquesta Filarmónica de las Américas. Estaba integrada por músicos de 22 países y en poco tiempo hizo noticia.

En 2010, su disco “Mi alma mexicana” se situó entre los primeros diez álbumes de música clásica más vendidos en Estados Unidos según la clasificación de la revista Billboard. La Orquesta tocó en el Lincoln Center de Nueva York y en la Casa Blanca. Tocó para el presidente de México. De la Parra incluso inició un programa para enseñar composición a escolares de escuelas secundarias en el Bronx y en Harlem.

Su estilo particular deja una impresión — ya sea en un aula o como directora invitada en salas de concierto, desde Suecia hasta Sao Paulo. “Alondra tiene una resonancia inmediata, palpable y visible con la música” y conecta con el público, comenta su mentor Kenneth Kiesler. El legendario tenor Plácido Domingo ha cantado con de la Parra en diversas ocasiones y la califica de “directora extraordinaria”.

De la Parra, si bien es la primera directora mexicana de orquesta en Nueva York, todavía no ha terminado de hacer historia.

Cuando en la primavera levante la batuta en la Orquesta Sinfónica de Queensland en Brisbane (Australia), será la primera directora musical, puesto que abarca tanto la dirección de la sinfónica como la dirección artística en general. Se unirá a unas pocas mujeres que dirigen orquestas importantes.

“Soy mujer y soy mexicana, pero eso es tan sólo una parte de los ingredientes de la persona que soy”, señala. “Es más tridimensional que las etiquetas particulares”.

Alondra de la Parra en acción, ensayando una sección de la obra rítmica del compositor mexicano Arturo Márquez “Danzón No. 2” con la Orquesta de París: