“No vimos ni a una sola persona comprando”, dijo Lucy Vigne, que pasó semanas siguiendo el rastro del comercio de marfil con su colega e investigador Esmond Martin en tiendas por toda China.
Aproximadamente cada 15 minutos se mata a un elefante africano para suministrar la industria ilegal de marfil. Pero la demanda está bajando rápidamente, especialmente en China, debido a una mayor concientización sobre la crisis de caza ilegal de elefantes y a una mejor cooperación internacional contra los traficantes.

Filas de figuras talladas de marfil están siendo sustituidas por otras mercancías en las tiendas de Shanghai, según investigadores de la organización Save the Elephants (Salvar a los elefantes, en inglés), a medida que ricos compradores se alejan de objetos hechos de colmillos de elefantes. Como resultado de la reducción de la demanda, Vigne y Martin encontraron que el precio del marfil en China había bajado a la mitad.
Varios factores hicieron que 2015 fuese un gran año para los elefantes:
- Cuando el presidente Xi Jinping visitó Estados Unidos en septiembre, él y el presidente Obama anunciaron una prohibición casi completa (en inglés) del comercio de marfil. Ambos se comprometieron también a trabajar junto con otras naciones para combatir el tráfico ilegal de vida salvaje.
- En Estados Unidos, agencias gubernamentales, grupos privados y gigantes de la tecnología tales como Facebook, eBay y Google se agruparon para parar la venta de marfil ilegal como parte de la Alianza de Estados Unidos contra el Tráfico de Vida Silvestre.
- Personas en más de 130 ciudades de todo el mundo, incluyendo Hong Kong, Nairobi y Washington, participaron en la Marcha Global por los Elefantes y Rinocerontes en octubre. Según los expertos, estas marchas mantienen la presión política sobre los líderes para proteger al animal terrestre más grande del mundo.
¿Ayudará la disminución en la demanda de marfil de elefantes a que los elefantes ya no se encuentren al borde de la extinción?
“La caída del precio del marfil nos da esperanzas, pero con el número de elefantes que todavía mueren en África, aún nos falta mucho para que podamos celebrar”, afirmó Iain Douglas-Hamilton, fundador de Salvar a los elefantes. “Siguen existiendo grandes amenazas y es vital que se aplique pronto y plenamente la prohibición en China”.