Para Idania del Río, todo comenzó con el diseño.
Hace casi una década su pantalla imprimía pancartas del cine, a la vez exactas, abstractas y absurdas, con las que se abrió camino a exposiciones internacionales. Pero la artista de 34 años de edad tiene planes más grandes, hacer negocios y sumarse a una nueva generación de empresarios cubanos.
“Clandestina”, su nueva tienda, ubicada en una transitada parte del centro histórico de La Habana, es la primera tienda de diseño propiedad privada en Cuba en casi más de 60 años. En su tienda del Río vende sus diseños impresos en carteles, camisetas de algodón y otros objetos textiles.
En su opinión, Cuba tiene una extraña mezcla entre lo absurdo y las cosas ordinarias que definitivamente ayuda a la creación, por lo que considera que es un buen lugar para los artistas, según dijo en una entrevista reciente.

Esa creatividad late en todos los aspectos de su trabajo. Cuando se le hizo complicado importar algodón del Río innovó, transformando con sus diseños las prendas de vestir que encontraba en tiendas de ropa de segunda mano e incluso a veces camisas de sus clientes. Los sacos de azúcar le sirvieron como material para hacer una elegante línea de carteras de mano. En las paredes y piezas de “Clandestina” se ven las palabras “99 por ciento diseño cubano”.
Leire Fernández, socia de del Río en el negocio, afirma que el estilo de “Clandestina” es para todos, desde un reguetonero cubano hasta un visitante internacional.
Nuevas conexiones
Algunas veces el principal obstáculo para del Río es el errático acceso a Internet. En un cartel reciente hizo una parodia de la situación mostrando a un tiranosaurio alterado ante un cable de alta velocidad roto.
Con una creciente demanda por tener conectividad de alta velocidad para ampliar las oportunidades que ofrece la línea electrónica, Cuba está comenzando a ampliar las oportunidades de conexión electrónica para sus jóvenes diseñadores e innovadores, según indica Daniel Sepúlveda, coordinador de Estados Unidos para las comunicaciones internacionales y políticas de información.
Actualmente casi medio millón de cubanos son “cuentapropistas”, personas que no trabajan para el gobierno, como del Río. Esa cantidad está aumentando. En un ambiente económico nuevo y más abierto, los artistas pueden compartir con el mundo sus productos y su originalidad.
Comenta que en “Clandestina” desean quedarse allí, y que se da cuenta de las oportunidades; del Río considera que es una oportunidad que se presenta una vez en la vida.