Cetreros estadounidenses explican su entusiasmo por la cetrería

Chris Davis sostiene a una aguililla rojinegra (Foto cedida por Paul Wulfsberg)
Chris Davis, del grupo de cetrería “New England Falconry”, posa con una aguililla rojinegra en Hadley (Massachusetts). (Foto cedida por Paul Wulfsberg)

El antiguo deporte de la cetrería tiene un pequeño pero dedicado seguimiento en Estados Unidos, con más de 4.000 estadounidenses que lo practican.

En la cetrería, las personas se asocian con aves de presa jóvenes (incluidos halcones y gavilanes) para ayudarles a cazar animales salvajes para alimentarse. Esto suele ocurrir durante el otoño y el invierno, lo que ayuda a las aves a dominar las habilidades de caza cuando el alimento es escaso. Los cetreros estadounidenses sueltan a las aves para que se valgan por sí mismas en primavera, dice Chris Davis, maestro cetrero y propietario del grupo “New England Falconry” en Vermont y Massachusetts.

“Uno toma prestado ese carácter salvaje durante un período de tiempo, y luego lo devuelve a la naturaleza”, afirma Davis.

Anastasia Mickiewicz, aprendiz de cetrero en Vermont, fue voluntaria en New England Falconry en 2019 cuando fue a cazar con un cetrero experimentado y se enganchó. “Se siente como si estuvieras trabajando para el pájaro, así que es emocionante. Nunca sabes cuándo va a salir algo”, dice, refiriéndose a presas como un conejo o una ardilla.

Anastasia Mickiewicz posa con un gavilán colirrojo (Foto cedida por Anastasia Mickiewicz)
Anastasia Mickiewicz le puso a su gavilán colirrojo el nombre de la luchadora Ronda Rousey, porque las aves se elevan (rouse, en inglés) y baten sus plumas cuando están cómodas. (Foto cedida por Anastasia Mickiewicz)

En la antigüedad, la cetrería se practicaba para ayudar a comer a los humanos, no a las aves. Según el Servicio Público de Radiodifusión de Estados Unidos (en inglés) el lugar y la época de los orígenes de la cetrería no están del todo claros. Algunos expertos afirman que la caza con aves comenzó en Mongolia entre el 4.000 y el 6.000 a. C. y otros dicen que empezó en Arabia o en Oriente Medio mucho antes. Los partidarios de esta última teoría señalan los historiales que atestiguan la existencia de un rey que cazaba con halcones en el actual Irán hace unos 9.000 años. Creen que la cetrería se extendió posteriormente por Asia y Europa.

La cetrería es relativamente nueva en Estados Unidos, donde solo se practica desde hace 100 años. Según Davis, la primera exposición mediática que dio a conocer la cetrería a la población estadounidense se produjo cuando Frank Craighead y su hermano gemelo, John, escribieron en 1937 un artículo en la revista National Geographic sobre su propio manejo de aves rapaces. Ese artículo llevó a un príncipe indio llamado K.S. Dharmakumarsinjhi a invitar a los hermanos Craighead a cazar con él en la India.

Más recientemente, el éxito de ventas de 2014 “H Is for Hawk” (H de halcón) y la película de 2016 The Eagle Huntress (La cazadora de águilas) dieron a conocer este deporte a los estadounidenses de la actualidad. Dado que la cetrería es uno de los deportes de campo más regulados en Estados Unidos, los adeptos suelen ser dedicados entusiastas dispuestos a trabajar durante los siete años que como mínimo son necesarios para alcanzar su nivel más alto, el de “maestro cetrero”.

Davis, cetrero desde 1979, disfruta de la imprevisibilidad de este deporte. Dice que los cetreros modifican temporalmente los comportamientos naturales de las aves, pero no del todo. Las aves entrenadas a menudo no pueden dejar de perseguir ratones, por ejemplo. “El pájaro, cuyos ojos son mucho mejores que los nuestros, retornará a sus comportamientos naturales instantáneamente”, dice Davis.

Rodney Stotts posa con una aguililla rojinegra (Foto cedida por Rodney Stotts)
Rodney Stotts con Agnes, una aguililla rojinegra al que puso ese nombre en honor a su fallecida amiga Agnes Nixon, redactora y productora de televisión. (Foto cedida por Rodney Stotts)

Rodney Stotts, maestro cetrero de Maryland, conoció la cetrería hace una década, cuando enseñó a los jóvenes desfavorecidos a conocer las aves rapaces al manejar especímenes heridos para una organización sin ánimo de lucro (en inglés).

Stotts se enteró de que la única forma de trabajar con aves sanas era hacerse cetrero con licencia. No conocía a nadie que supiera de la existencia de un cetrero afroestadounidense, y Stotts admite que estaba ansioso por demostrarse algo a sí mismo y a sus escépticos.

“Me gusta ser diferente”, dice Stotts, para explicar su atracción por la cetrería.

Además de asociarse con las aves para cazar, Stotts, autor de unas memorias tituladas “Bird Brother” (Hermano pájaro), conecta con las aves a un nivel más profundo. Ha bautizado a seis pájaros con el nombre de sus seres queridos fallecidos, incluida una lechuza joven que lleva el nombre de su hijo fallecido, Devin Denny. “Cuando alguien muere, decimos: ‘Están ahí arriba, mirándonos’“, dice Stotts. “Si está volando un pájaro, ¿qué está haciendo este? Pues mirando hacia abajo”.