China destruye mezquitas y la cultura uigur

De la adornada conserjería del edificio de la mezquita Keriya Etika al oeste de China no queda nada, y solo queda una parcela de tierra.

Imagen animada con vistas aéreas y textos mostrando la pérdida del portón de una mezquita (Depto. de Estado/S. Gemeny Wilkinson/Images © 2019 Google, DigitalGlobe)
(Depto. de Estado/S. Gemeny Wilkinson)

La mezquita es una de por lo menos 31 mezquitas y dos santuarios uigures que el gobierno chino ha demolido, o parcialmente destruido desde el año 2016 en la provincia Sinkiang, en China, esta conclusión (en inglés) procede del diario The Guardian y de Bellingcat, dos grupos británicos de periodistas de investigación, y está basada en el análisis de imágenes captadas por satélites.

Estos hallazgos son la evidencia más reciente de la campaña en curso del gobierno chino en contra de los uigures chinos y otras minorías musulmanas.

“La dirigencia del Partido Comunista actúa metódicamente para aplastar la cultura uigur y erradicar la fe islámica”, dijo el secretario de Estado Mike Pompeo, el 3 de junio.

Desde abril de 2017 más de un millón de uigures, kazajos étnicos y miembros de otros grupos minoritarios musulmanes han sido internados en campamentos en la provincia de  Sinkiang. Se dijo que en esos campos los prisioneros son golpeados, torturados y forzados a renunciar al islam.

Personal uniformado de seguridad pasando frente a una mezquita (© Ng Han Guan/AP Images)
Patrulla de seguridad cerca de la mezquita de Id Kah en la región de Sinkiang en China en el año 2017. China ha dañado otras mezquitas cercanas. (© Ng Han Guan/AP Images)

“Nada puede mostrar más claramente a los uigures que el estado chino quiere erradicar su cultura y romper sus contactos con la tierra que la profanación de las tumbas de sus antepasados, los santuarios sagrados que son los monumentos de la historia uigur”, dijo el profesor Rian Thum, de la Universidad de Nottingham, en declaraciones a The Guardian.

Mesera saliendo por una puerta (© Thomas Peter/Reuters)
Una mesera lleva vasos en un bar que opera en un lugar que antes fue una mezquita en Sinkiang, China. (© Thomas Peter/Reuters)

Los detalles sobre las mezquitas específicas son difíciles de confirmar debido al control que el gobierno chino ejerce sobre la gente en Sinkiang, parecido al de una cárcel.

Los informes procedentes de Sinkiang indican que China ha convertido las mezquitas en centros de propaganda comunista, salones de entretenimiento o bares que sirven alcohol, que los musulmanes consideran prohibidos (haram). La gente que vive en Sinkiang no puede hablar sobre la eliminación de las mezquitas directamente debido al miedo a las autoridades, dijo Rushan Abbas, director del grupo defensor de uigures “Campaña por los uigures”. La gente de allí “no dice ‘mira como esta mezquita fue convertida en un bar’ sino que dirán ‘oh, ahora tenemos nuevo bar aquí, donde estaba la antigua mezquita. Qué maravilla’”, dijo Abbas. “Pero nosotros entendemos el mensaje”.

En un reciente viaje a Sinkiang, Eva Dou, reportera del diario Wall Street Journal , halló (en inglés) que la mezquita al centro de la ciudad en Aksu había sido cerrada y reabierta como depósito de cadáveres.

En 2014 las mezquitas de Sinkiang estaban repletas, dijo Darren Byler, profesor de antropología sociocultural en la Universidad de Washington, en una conferencia realizada en abril sobre la crisis de derechos humanos de los uigures, patrocinada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Harvard. Algunas de las mezquitas están “todavía abiertas”, dijo Byler “aunque en las entradas hay puestos de control y nadie entra”.