
Un día como hoy, en 1907, comenzó la construcción de la Catedral Nacional de Washington. Al terminarse más de ocho décadas después, en 1990, se culminó un proyecto que estaba en obra desde 1792, cuando el presidente George Washington propuso “una gran iglesia con propósitos nacionales”.
La catedral se yergue en la cima de un cerro desde el que se pueden ver los monumentos a las batallas y los héroes políticos en la capital de la nación. Construida en estilo neogótico inglés, presenta una serie de exquisitas esculturas, tallados ornamentales de madera y ventanas con más de 200 coloridas vidrieras. Es la segunda catedral más grande de Estados Unidos, eclipsada solamente por la de San Juan en Nueva York.
![La Catedral Nacional en construcción en Washington en abril del 1925 (Biblioteca del Congreso) Washington National Cathedral, [Washington, D.C.], 4/2/25](http://lcweb2.loc.gov/service/pnp/npcc/26900/26925r.jpg)
Una iglesia para comienzos y finales nacionales
La Catedral Nacional ha sido escenario de varios acontecimientos importantes en la historia de Estados Unidos. Con frecuencia los nuevos presidentes asisten a servicios religiosos que se ofician en la catedral al asumir el cargo. Martin Luther King Jr. pronunció su último sermón desde su púlpito. Las exequias fúnebres de tres presidentes: Dwight Eisenhower, Ronald Reagan y Gerald Ford, se realizaron allí.
Hogar para el diálogo entre los credos
Durante la Segunda Guerra Mundial el Congreso designó la catedral como sede nacional de la oración para todos. Reflejando la diversidad de las creencias religiosas en Estados Unidos, la catedral promueve el diálogo y cooperación entre credos, reuniendo a líderes de diversas tradiciones religiosas.
Actualmente la catedral todavía personifica el intento original del presidente Washington de servir a todo el pueblo con diversos eventos de diferentes credos, incluyendo la muestra “Amén: una oración por el mundo”, una obra realizada por artistas musulmanes, cristianos y judíos.