Los estadounidenses de origen árabe tienen un buen historial de haber hecho oír su voz en el proceso democrático de Estados Unidos, ya sea por medio de informar a los votantes, trabajar como voluntarios para candidatos políticos o presentarse a un cargo nacional.

Es el más antiguo de los relatos estadounidenses. Los ciudadanos se unen para influir al gobierno en relación a los temas que les preocupan. A veces el grupo comparte un interés económico, por ejemplo los agricultores o de los trabajadores de plantas automotrices, o preocupación por un tema específico, como los derechos civiles. Otras veces los grupos se identifican por su etnicidad.

“Al tomar parte en el proceso político los estadounidenses de origen árabe pueden ayudar a definir el discurso y las políticas de nuestro país de manera que sean inclusivas y beneficiosas para la comunidad y para el país en su totalidad”, dice Maya Berry, directora ejecutiva del Instituto Árabe Estadounidense (AAI) en Washington.

Fundado en 1985, AAI es la única organización exclusivamente dedicada a la participación de los estadounidenses de origen árabe en la vida política. De acuerdo con datos (en inglés) recopilados por este instituto, más de 3,5 millones de estadounidenses son de ascendencia árabe, con las concentraciones más importantes en California, Nueva York, Michigan, Florida y Texas.

“Los estadounidenses de origen árabe hoy día tienen una de las tasas más elevadas de participación política en relación a otros grupos étnicos en el país y sirven en todos los niveles del gobierno”, dijo Berry.

Berry afirmó que el AAI promueve las actividades cívicas de los estadounidenses de origen árabe por medio de esfuerzos para el desarrollo de líderes, oportunidades de hacer contactos y con la campaña denominada “Voto Yalla”, que ofrece recursos para informar a los votantes.

“Nuestros esfuerzos establecen una senda para que los estadounidenses de origen árabe con talento entren al servicio público y luego apoyan su compromiso continuado con los temas que afectan a la comunidad estadounidense de origen árabe”, agregó.

Muchacha joven con folletos en la mano (NNAAC)
Una pasante de NNAAC representa los intereses políticos de la juventud estadounidense de origen árabe. (NNAAC)

Como la mayoría de los estadounidenses a los estadounidenses de origen árabe les preocupan el empleo, la economía y la atención a la salud. También tienen un interés constante en la política exterior respecto a Oriente Medio.

AAI no es la única entidad que hace esfuerzos para empoderar a los estadounidenses de origen árabe en la sociedad civil. La Red nacional de comunidades estadounidenses de origen árabe (National Network for Arab American Communities, NNAAC, en inglés), en Dearborn (Michigan), promueve la creación de capacidad, la defensa y el compromiso cívico y el servicio juvenil y comunitario de los estadounidenses de origen árabe.

Dirigida por Nadia El-Zein Tonova, la red NNAAC ayuda a registrar a los votantes jóvenes en las escuelas secundarias y colegios universitarios y explica el proceso de votación a la comunidad estadounidense de origen árabe.

“Informamos a la gente sobre sus derechos en las urnas, informamos a la gente sobre lo que ocurrirá en la votación, de manera que sepan lo que les espera y dónde están sus locales de votación, cómo llegar a ellos”, dijo Tonova.

“Casi todos nuestros voluntarios son gente joven, estudiantes de secundaria y universitarios. Ellos entienden la importancia de la participación, hablan con sus padres, con sus compañeros”, dijo.

Berry afirmó que la generación de estadounidenses de origen árabe de más edad allanó el camino a la generación de hoy al crear entidades como AAI, que representa los intereses de su comunidad. Sin embargo, la generación actual no tiene porqué depender de las mismas instituciones.

“Pueden unirse a grupos ya existentes y plantear los temas que más preocupan a los estadounidenses de origen árabe además de otros temas que a ellos les interesen, ya sea la justicia racial, el medioambiente, o la desigualdad económica”, dijo.