Mujer con bata de laboratorio y guantes mirando ampolla (© David Goldman/AP Images)
La microbióloga Molly Freeman extrae bacterias de una ampolla en un laboratorio que investiga los brotes de enfermedades transmitidas por alimentos en los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en Atlanta. (© David Goldman/AP Images)

Cuando los estadounidenses buscan datos sobre COVID-19, el sistema de salud pública de Estados Unidos cumple.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recopilan datos, examinan los cambios en los patrones de la enfermedad y proporcionan pautas de seguridad para prevenir la infección.

Sus expertos también colaboran con colegas extranjeros para hacer un seguimiento de los nuevos casos.

Cuatro mujeres, dos en bata de laboratorio, caminando por la calle (© Andre Penner/AP Images)
Trabajadoras sanitarias brasileñas y estadounidenses en Joao Pessoa, la capital del estado brasileño de Paraíba, buscan madres y sus hijos para incluirlos en un estudio sobre zika. (© Andre Penner/AP Images)

“La recopilación precisa de datos es fundamental para la misión de los CDC”, dijo la doctora Shauna Zorich, experta en enfermedades infecciosas y pandemias que enseña en la Universidad de Buffalo en Nueva York.

Las decisiones de salud pública en Estados Unidos se basan en “datos científicos de la mayor calidad que se derivan de forma abierta y objetiva”, dice. Las rigurosas y abiertas metodologías de los CDC para la recolección de datos son esenciales para su credibilidad.

Un enfoque disciplinado para la recopilación de datos de salud

La notificación de datos en Estados Unidos comienza con el Sistema Nacional de Vigilancia de Enfermedades Notificables, que ayuda a los expertos en salud pública a vigilar, controlar o prevenir unas 120 enfermedades.

Una “enfermedad notificable” es aquella que, según la ley estadounidense, debe notificarse a las autoridades gubernamentales cada vez que se diagnostica. Los ejemplos incluyen el cólera, la fiebre tifoidea y la malaria, así como enfermedades inducidas por coronavirus como el SARS, MERS y COVID-19.

El personal del sistema de vigilancia trabaja con los departamentos de salud de todos los estados y territorios de Estados Unidos y la capital de la nación para recopilar estos datos.

Dos hombres sosteniendo portapapeles (CDC)
Trabajadores de los CDC en las afueras de Atlanta van de puerta en puerta para analizar los anticuerpos en la sangre, para entender cómo se está propagando el coronavirus. (CDC)

Los proveedores de atención médica, laboratorios, hospitales y otros socios reportan los que se calcula en 2,7 millones de eventos de enfermedades cada año, según los CDC.

Las estadísticas de estos informes obligatorios ayudan a los investigadores a rastrear los brotes, identificar las tendencias y predecir futuras crisis de salud.

Asesorar al público con información transparente

Los CDC diseñan sus estrategias de mitigación de enfermedades basándose en diagnósticos informados por los médicos, información sobre los factores de riesgo, resultados de laboratorio confirmados y datos demográficos de los pacientes.

Los datos sobre COVID-19 están disponibles en un sitio web accesible a expertos de salud, encargados de elaborar políticas y el público. La cuenta de Twitter de los CDC (en inglés) y la de Facebook (en inglés) proporcionan actualizaciones diarias en formatos fáciles de leer.

“Como profesora de salud pública, uno de mis trabajos es asegurarme de que mis estudiantes sepan qué fuentes utilizar para evaluar la información precisa sobre salud pública”, dijo Zorich. “Los CDC siempre están al inicio de esa lista”.

Otras fuentes confiables de información sobre salud pública incluyen los Institutos Nacionales de la Salud (en inglés) así como algunos de los principales centros médicos de Estados Unidos tal como la Clínica Mayo en Minesota, la Clínica Cleveland (en inglés) en Ohio y el Sistema de Salud Johns Hopkins (en inglés) en Maryland.

Mirar al pasado para informar el futuro

Los investigadores pueden aprender de las epidemias pasadas así como de las actuales.

Una vez que una enfermedad notificable ha seguido su curso, los CDC emiten un informe postepidémico con datos revisados. Por ejemplo, los CDC publicaron una actualización en enero de 2015 (en inglés) después de que el MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio) hubiera retrocedido a mediados de 2014. La actualización concluye que hubo casi 1.000 casos confirmados en laboratorios de todo el mundo (incluso dos en Estados Unidos), en su mayoría producidos entre marzo y mayo de 2014. “No se han notificado más casos en Estados Unidos aunque se han vigilado a nivel nacional y se han hecho pruebas a 514 pacientes de 45 estados hasta la fecha”, indica la actualización.