Con ayuda, los sirios restablecen su vida laboral en Estados Unidos

Servir mesas y vender zapatos no es lo que esperaba hacer el ingeniero de computadoras Khaled Turkmani cuando salió de su país, Siria, en 2010 luego de ser encarcelado por criticar en los medios sociales al régimen de Assad.

Tras pasar tiempo en Jordania y Arabia Saudita, Turkmani se trasladó a Estados Unidos y solicitó asilo. Su solicitud fue aceptada en 2015, una de las aproximadamente 25.000 que se conceden en Estados Unidos cada año.

Los asilados, como los 85.000 refugiados de todo el mundo que llegan a Estados Unidos cada año, deben cumplir el requisito de no poder o no desear regresar a su país debido a que son perseguidos o a tener un temor fundado a serlo. Mientras los refugiados son reasentados desde el exterior, los asilados ya están en Estados Unidos cuando hacen sus solicitudes de protección.

Turkmani suponía que con sus credenciales universitarias y su experiencia le sería fácil encontrar un trabajo en el sector de la alta tecnología en la zona de San Francisco. Pero luego de enviar 500 hojas de vida apenas logró unas pocas expresiones de interés, por lo que se dedicó a servir mesas en restaurantes y a vender zapatos a la clientela.

Luego se enteró de “Upwardly Global”, un grupo sin fines de lucro que ayuda a profesionales a conseguir puestos de trabajo luego haber interrumpido sus carreras. Con entrenamiento en línea electrónica, refrescar su hoja de vida y con entrevistas ficticias para buscar trabajo, Upwardly Global ayudó a Turkmani a conseguir un trabajo de administrador de un proyecto en una firma consultora mundial.

“Tengo suerte de haber venido a San Francisco”, dice Turkmani. Y San Francisco tiene la suerte de contar con él. Cuando no está trabajando este hombre de 29 años de edad se dedica a pensar como usar sus conocimientos en tecnología informática para reducir la cantidad de gente que vive sin hogar y como frenar el robo de bicicletas.

De retorno a sus profesiones

El grupo Upwardly Global (en inglés) que tiene oficinas en Chicago, Nueva York y en las áreas de San Francisco y Washington ayuda a inmigrantes que son médicos, ingenieros y tienen otras profesiones que ya tienen autorización permanente de trabajo. Un tercio de los 1.750 profesionales con los que trabaja con refugiados o asilados.

Naif Antoun, de 36 años, que una vez fue banquero en Damasco, ha vuelto a trabajar en el sector financiero en el área de Detroit con ayuda de Upwardly Global. Luego de comenzar en una sucursal de Bank of America pronto fue reconocido con un premio de excelencia en el empleo y ahora es gerente de relaciones con las empresas pequeñas.

El grupo sin fines de lucro “trabajó mucho conmigo en mi hoja de vida, en lo que debía decir y no decir en las entrevistas”, relató Antoun, que tuvo que escapar de Siria luego de ser amenazado de muerte por el frente al-Nusra. Las entrevistas ficticias le ayudaron a estar preparado para las entrevistas verdaderas.

“Trabajamos con personas de todo el mundo”, afirma Allie Levinsky, directora de un programa en Chicago. Incluso con entrenamiento el entrenamiento se tarda entre seis y nueve meses en conseguir un nuevo empleo.

“No es fácil dejar todo detrás y comenzar de la nada”, dice Antoun, que se enteró de Upwardly Global por su profesor de inglés “pero este es un país grandioso”.