Personas sentadas en torno a mesas de un restaurante (Foto cedida por José Sánchez Preisig)
Este grupo utiliza un sitio web para organizar reuniones para practicar inglés en Santiago de Chile. (Foto cedida)

José Sánchez Preisig se crio en la pequeña ciudad chilena de Linares, y allí como muchos otros latinoamericanos soñaba con viajar por el mundo, vivir en otro país y comunicarse con personas de otras culturas, pero el idioma era una barrera.

Aprender otro idioma de la manera tradicional, en un aula, estudiando reglas de gramática y memorizando vocabulario, no le atraía. Tampoco le gustaban las aplicaciones que le permitieran aprender un idioma cómodamente desde su teléfono móvil.

José Sánchez Preisig (Foto cedida por José Sánchez Preisig)
José Sánchez Preisig (Foto cedida)

En vez de todo ello, este hombre de 27 años de edad ideó una mejor solución: aprender un idioma hablando. Lanzó Políglota, una plataforma que organiza grupos de conversación para personas que desean aprender un nuevo idioma. Los grupos se reúnen en lugares públicos tales como parques, cafés y bares para conversar. Cualquiera puede unirse o ser anfitrión de un grupo y es gratis.

“En dos años hemos logrado que se reúnan 100.000 personas cara a cara todas las semanas en más de 300 ciudades de toda América Latina”, dijo Sánchez. También han empezado grupos en Estados Unidos, Europa y China.

Utilizando la misma plataforma, los usuarios que buscan niveles más avanzados pueden pagar una tasa para unirse a grupos liderados por instructores certificados. Hasta ahora, más de 1.000 estudiantes se han apuntado a estos grupos de conversación.

Vender la idea del “emprendimiento social”

A Sánchez, que participó en la Iniciativa de Jóvenes Líderes de las Américas (en inglés), lo que más le gusta de ser un emprendedor social es la oportunidad de mejorar la vida de la gente.

Los emprendedores sociales “son los que impulsan a la raza humana hacia adelante”, expresó. Lo importante es tener empatía. “Para arreglar los zapatos de otro uno tiene que ponérselos a sí mismo”, comentó.

No es siempre fácil ser emprendedor social. “Una compañía nunca está establecida, sino que siempre tiene riesgo de hundirse”.

Con la adversidad se genera oportunidad. “Lo mejor es aceptar la realidad y responsabilizarse de ella. Eso es lo que significa ser un emprendedor social”, dijo Sánchez.