
Cristeta “Cris” Comerford, una de las principales cocineras de más prolongado servicio en la Casa Blanca, ha pasado más de una década alimentando a cuatro presidentes y sus familias, demostrando sus habilidades a varios dignatarios en banquetes oficiales y otras ocasiones culinarias especiales.
Nacida y criada en Manila (Filipinas), Comerford, que tiene 56 años, actualmente ciudadana naturalizada de Estados Unidos, estudió tecnología alimenticia en la Universidad de Filipinas, luego estudió cocina francesa clásica y trabajó en Austria durante un tiempo. Cuando tenía 23 años se trasladó a Estados Unidos para trabajar como chef en dos hoteles de Washington.
En 1995 Comerford tuvo su gran oportunidad, cuando el cocinero jefe de la Casa Blanca, Walter Scheib III, la contrató para trabajar en la Casa Blanca como asistente de cocina.
Cuando Scheib se retiró diez años más tarde, la primera dama Laura Bush ascendió a Comerford a cocinera principal de la Casa Blanca. El cambio hizo que Comerford se convirtiera en la primera mujer, y la primera persona de color, en ese puesto desde que los Kennedy crearan la posición en 1961.

“Su pasión por la cocina puede ser saboreada en cada bocado de sus deliciosas creaciones”, dijo la señora Bush en declaraciones al diario The New York Times en 2005.
Los deberes de Comerford como cocinera principal incluyen la supervisión del personal de cinco cocineros a tiempo completo, además de otro personal de cocina, además de planificar y hacer la comida.
“Es una de las chefs filipinas más admiradas en el mundo”, dijo Jacqueline Chio-Lauri, editora de la reciente publicación The New Filipino Kitchen: Stories and Recipes from Around the Globe (La nueva cocina filipina: Relatos y recetas de todo el mundo). Comerford contribuyó al libro de cocina, con una receta que aprendió de su madre, Erlinda Pasia.
“El idioma del amor para la ‘nanay’ era la cocina y tuve la bendición de crecer junto a la ‘chef’ más talentosa y eficiente”, dice Comerford al escribir sobre su madre. “Muchos chefs muy conocidos dirán que la influencia más temprana y más grande que tuvieron fue su madre. Por cierto, que mi madre es la mejor cocinera que he conocido”.
La autora de este artículo es la redactora independiente Lenore T. Adkins.