
Los dispositivos electrónicos de hoy son más potentes que nunca. Sin embargo, todos tienen algo en común: serían todavía más fenomenales si las baterías fueran mejores.
Actualmente, las empresas compiten por desarrollar la mejor fuente de potencia para la siguiente generación de aparatos electrónicos, equipos médicos y vehículos. La batería ideal será también un supercapacitador — un tipo especial de batería que ofrezca una transmisión de energía con gran velocidad. Las computadoras portátiles usan una batería; los elevadores dependen de supercapacitadores.
Aunque parezca difícil creerlo, una de las baterías prometedoras utiliza un ingrediente secreto: papel. La batería, compuesta de nanotubos de carbono y una hoja de papel, es flexible, delgada y ecológica. Además, es también un supercapacitador.
Según Dave Rich (en inglés), exdirector de ingeniería de la empresa Paper Battery Company, el desafío era que que el supercapacitador y batería “dos en uno” solía ser muy caro, muy voluminoso y muy complejo. Los fabricantes de teléfonos y de otros dispositivos ya están experimentando con prototipos de la nueva pila a base de papel.

La competencia está probando otras estrategias para reemplazar la batería de iones de litio de hoy. Entre dichas estrategias figuran:
- Una batería de litio-aire o que “respira”, en la cual el oxígeno que absorbe hace de cátodo ligero.
- Una batería en estado sólido en la cual ambos electrodos y un electrolito son sólidos.
- Una batería de iones de sodio que emplea agua salada como electrolito.

Entre los conceptos más avanzados figuran las baterías orgánicas y las nanobaterías.
Shriram Santhanagopalan del Laboratorio Nacional de Energías Renovables en Golden (Colorado), cree que los científicos se están aproximando a la creación de tecnologías de almacenaje de energía que marcarán una gran diferencia.
“El futuro de las baterías es brillante”, opina.