El 4 de febrero de 1789, George Washington fue elegido el primer presidente de Estados Unidos.

Washington sabía que sus acciones establecerían precedentes para sus sucesores. Esto era especialmente así porque la Constitución de Estados Unidos otorgó a la rama ejecutiva poderes significativos pero no especificó muchos detalles de cómo funcionaría.
Washington consideró que era importante que la Presidencia fuera lo suficientemente fuerte como para mantener unida a la nueva nación pero le preocupaba que no evolucionara en el papel de un monarca. Sus acciones lograron ambos objetivos:
- Formó un gabinete de asesores para ayudarle a tomar decisiones.
- Entregó el informe anual del estado de la Unión en forma de discurso pronunciado ante el Congreso.
- Insistió en ser llamado “Sr. Presidente” en lugar de “Excelencia” o “Alteza”.
El precedente más importante fue el acto final de Washington como Presidente: Dimitió después de completar dos términos presidenciales. Fue presionado para servir un tercero, pero creía que una transición pacífica del poder a un presidente electo redundaría en el mejor interés del país. Fue por esta decisión que rey Jorge III de Gran Bretaña calificó a Washington de ser “el hombre más grande del mundo”.