En 2013, durante su visita a Estados Unidos para participar en un programa de intercambio para profesionales, Doudly Elius, de Haití, adquirió una discapacidad motora.
Cuando regresó a su país, tenía dificultad para caminar y pronto descubrió que ya no podía realizar algunas de sus actividades cotidianas y, para peor, que algunas personas lo discriminaban.
Pero Elius estaba decidido a superar estos desafíos y, al emprender esta tarea, notó que también había otros luchando por lo mismo. El terremoto de Haití de 2010 había dejado a miles de personas lesionadas y discapacitadas de por vida. Los empleadores supusieron, equivocados, que alguien con una discapacidad no podía trabajar.
A las mujeres haitianas que viven con una discapacidad les resulta especialmente difícil encontrar un trabajo o financiar un negocio. Elius, para ayudarse a sí mismo y a otros, fundó el programa “Empoderar a las Mujeres Haitianas” (en inglés).
“Tener una discapacidad no debe ser un impedimento para que uno salga adelante o avance”, señaló.
Mediante el uso de sus habilidades empresariales y una red de contactos que había desarrollado durante el intercambio profesional (en inglés), Elius capacitó a mujeres que viven con discapacidades en materia de gestión empresarial, comunicación y liderazgo.
Creo que si me ven como una persona discapacitada que hace todo esto, entonces ellas también pueden hacerlo. Lo único que les falta es adquirir las habilidades, y yo voy y se las proporciono”, afirmó.

Después de presentar un plan formal al Departamento de Estado, Elius se convirtió en el primer haitiano en ganar una beca del Fondo de innovación y participación de exalumnos (en inglés) del Departamento, que apoya proyectos de servicios públicos propuestos por exalumnos de los intercambios del Departamento de Estado.
Así, utilizó la subvención de 20.000 dólares para capacitar a 40 mujeres para crear un plan de negocios de principio a fin en un curso de dos semanas de duración en septiembre de 2015.
Hace poco, Elius se reunió con Judith Heumann, asesora especial de derechos internacionales sobre discapacidad del Departamento de Estado. Heumann creció en la ciudad de Nueva York en una época en que las escuelas no la recibían bien porque usaba una silla de ruedas y no podía caminar. Sin embargo, comenta, sus padres eran inflexibles en cuanto a proporcionarle una educación igual a la de sus hermanos. (Se juntaron con otros padres para obligar a las escuelas locales a que se volvieran accesibles para los estudiantes con discapacidades).
Las experiencias personales de Heumann con la discriminación la guiaron hacia una carrera como defensora de las personas con discapacidades en todo el mundo. Como asesora especial, lidera las iniciativas de Estados Unidos para promover y proteger los derechos de las personas con discapacidades a nivel internacional, y trabaja por su dignidad e inclusión plena en sus sociedades.
Elius habló con Heumann sobre su deseo de capacitar a más mujeres y niñas: si él podía ampliar el programa a todo un año, podría ayudar a 500 mujeres y niñas a adquirir habilidades empresariales. Espera también ayudar a que desarrollen sólidas redes de colaboración y apoyo.
“Somos más fuertes cuando trabajamos juntos”, dice Elius de las personas con discapacidades. “Podemos sufrir juntos, pero juntos superaremos cualquier obstáculo. … No lo hagamos solos. Hagámoslo juntos”.