En julio de 1944 ya quedaba claro que los países aliados prevalecerían en la Segunda Guerra Mundial. También quedaba igual de claro que el viejo sistema financiero mundial ya no funcionaría, especialmente cuando Europa, incluidos los antiguos baluartes financieros como Gran Bretaña y Francia tenían pocos recursos para pagar su propia reconstrucción.
Los políticos comprendieron el peligro. La Gran Depresión (en inglés) de la década de 1930 con su desempleo y pobreza masivos había contribuido a que demagogos como Adolfo Hitler llegaran al poder.
El Secretario del Tesoro de Estados Unidos Jacob Lew comentó recientemente (en inglés) cómo el entonces presidente Franklin Roosevelt y otros observaron la necesidad de contar con nuevas instituciones financieras internacionales que mejorasen el crecimiento económico y liberalizasen el comercio internacional en el mundo de la posguerra.
“Reconociendo que el nacionalismo y proteccionismo económico rampantes favorecieron la Gran Depresión y el camino hacia la guerra; Roosevelt dijo que estas instituciones internacionales marcarían la diferencia entre ‘un mundo atrapado de nuevo en la vorágine del pánico y la guerra económica… y un mundo en el cual sus miembros se esfuercen por lograr una vida mejor con confianza, cooperación y asistencia mutuas’”, dijo Lew en palabras dirigidas a la Sociedad de Asia en marzo.

Delegados de 44 países se reunieron en el Hotel Mount Washington en Bretton Woods, Nueva Hampshire, del 1 al 22 de julio de 1944, para crear la arquitectura de un nuevo orden financiero y monetario internacional. Establecieron el dólar estadounidense como la divisa de reserva mundial y el Fondo Monetario Internacional para ayudar a los países con problemas de balanza de pagos y dificultades para mantener las reservas financieras.
La Conferencia de Bretton Woods también creó el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo, parte del Grupo del Banco Mundial. El Banco hizo préstamos para financiar la reconstrucción de Europa y luego amplió su financiamiento a nuevos proyectos de desarrollo en todo el mundo.
“Estas instituciones financieras y otras organizaciones, tales como la Organización de las Naciones Unidas y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos establecieron la base para la globalización y la base para el crecimiento económico, los mercados libres y la estabilidad financiera en todo el mundo”, dijo Lew.
“Esa arquitectura posibilitó un periodo extraordinario de crecimiento y prosperidad mundial que ha durado varias generaciones. Y con la ayuda de estas instituciones, millones de personas han salido de la pobreza”.