Del laboratorio al tenedor

Plántulas en un invernadero (© Shutterstock)
(© Shutterstock)

Una revolución científica silenciosa nos está acercando a poder alimentar al mundo.

Científicos y empresarios están cambiando la manera en que cultivamos los alimentos, llevando la agricultura a un punto de madurez apropiado para una nueva revolución verde. Hoy, los agricultores de Estados Unidos saben en cuestión de minutos la profundidad y el espaciamiento óptimos para la siembra de semillas, gracias a datos de “agricultura de precisión” enviados desde sensores instalados en aviones y un satélite a computadoras instaladas en los tractores.

Un agricultor en Tallula, Illinois, usa tecnología GPS y otros equipos para reducir el uso de fertilizante y herbicidas y producir cosechas más abundantes. (© AP Images)

Otras innovaciones incluyen sistemas de riego avanzados, aparatos teledirigidos para la gestión del agua y las enfermedades (en inglés) semillas tolerantes a la sequía y resistentes a las plagas, e invernaderos y piscifactorías en rascacielos. Algunas de las tecnologías e investigaciones más prometedoras están ahora en exposición en el pabellón de Estados Unidos (en inglés) en la exposición de Milán 2015.

Del laboratorio al tenedor

Si bien algunas tecnologías avanzadas de agricultura no se usan masivamente todavía, “la ciencia y la tecnología tendrán un gran impacto en la reducción del hambre y la malnutrición en el mundo”, según Mark Rosegrant del Instituto Internacional de Investigación de Políticas de Alimentación (IFPRI, en inglés), con sede en Washington.

De acuerdo con un informe publicado por su instituto en 2014 (en inglés) la innovación agrícola podría aumentar el rendimiento de las cosechas en hasta dos tercios y ayudar a reducir el precio de los alimentos a la mitad para el año 2050. Esto puede ayudar al mundo a producir suficientes alimentos para alimentar a los 9.000 millones de habitantes que se proyecta que tendrá el planeta, a pesar de los efectos negativos del calentamiento global en la agricultura.

Pero incrementar la producción de alimentos requerirá al menos una revolución verde en las regiones donde el potencial de aumento del rendimiento de las cosechas es mayor, dicen los expertos, particularmente en África. Si bien más de la mitad de la tierra cultivable del mundo sin utilizar se encuentra en ese continente, los agricultores africanos producen siete veces menos por hectárea que sus contrapartes en países desarrollados.

Una granja hidropónica de alta tecnología en Malasia. (© AP Images)

Semillas de alta tecnología para granjas de bajo nivel tecnológico

Transferir tecnologías desde el mundo desarrollado a las naciones en desarrollo no será tarea fácil. Por ejemplo, la agricultura de precisión requiere costosos equipos de alta tecnología y una infraestructura de comunicaciones avanzada, por lo que tiene sentido económico mayormente en granjas comerciales, pero la mayoría de las granjas en los países en desarrollo son pequeñas.

Sin embargo, los agricultores en el mundo en desarrollo pueden adoptar algunas innovaciones agrícolas una vez que se hayan simplificado y se hayan vuelto menos costosas y más fáciles de utilizar, según Josette Lewis, directora adjunta del Centro Mundial de Alimentos en la Universidad de California (Davis). Entre los ejemplos se pueden mencionar sensores básicos para medir la humedad y el contenido nutritivo del suelo y equipos de irrigación por goteo de bajo costo. Más eficientes que los aspersores, los sistemas de riego por goteo llevan el agua directamente a las raíces de los cultivos a través de tubos porosos o perforados instalados en la superficie o bajo del suelo.

Aprendí sobre el riego por goteo y me gusta. (Foto cedida)

La administración de Obama lanzó el programa Alimentar el Futuro (en inglés), una asociación de 19 países de África, América Latina y Asia, para impulsar la productividad de las pequeñas granjas y los ingresos de los agricultores por medio de investigación y tecnología.

Los gobiernos de los países en desarrollo pueden ayudar a difundir nuevas prácticas de cultivo y promover tecnologías de alto potencial a través de reglamentos y políticas de inversión extranjera favorables a los negocios, dice Lewis.

En algunos casos, es probable que enfoques innovadores de baja tecnología encuentren una aplicación amplia. Por ejemplo, Tal-Ya, una empresa israelí, fabrica bandejas que capturan el rocío y lo encauzan hacia las plantas, una tecnología simple muy apropiada para regiones semiáridas y secas. Según el sitio web de la empresa, ya ha sido adoptada por agricultores en Estados Unidos, China, Chile, Georgia, Sri Lanka y Australia.

Las tecnologías con el mayor potencial de uso en países en desarrollo incluyen agricultura sin surcos (es decir, cultivar cosechas sin perturbar el suelo con labranza o arado), el uso más eficiente de fertilizantes, plantar cultivos tolerantes al calor y proteger las cosechas de malezas, insectos y enfermedades, según el informe del IFPRI.

De acuerdo con Rosegrant, es probable que las variedades innovadoras de semillas representen la mayor contribución al aumento del rendimiento de las cosechas y los ingresos de los agricultores en el mundo en desarrollo. Ello se debe a que son relativamente fáciles de transportar y distribuir.

Dos millones de agricultores africanos ya usan maíz resistente a la sequía desarrollado en Estados Unidos y cuatro millones de agricultores en Asia plantan semillas de arroz resistentes a las inundaciones desarrolladas con ayuda de investigadores de Estados Unidos.

Salvar las cosechas

Los investigadores e innovadores tecnológicos también están ocupados tratando de encontrar formas de reducir la cantidad de alimentos perdidos una vez cosechados. Según algunos cálculos, hasta un 60 por ciento de los cultivos cosechados se pierde debido a prácticas agrícolas inadecuadas, particularmente de almacenaje, y a infraestructura no apropiada de transporte de las cosechas a los mercados.

Es una cosecha muy abundante. Pero, ¿cómo llevarla al mercado? (Foto cedida)

Técnicas de refrigeración y almacenaje en pequeña escala, tales como silos de barro mejorados, silos de metal, tambores de plástico o metal y enfriamiento por evaporación, pueden ayudar a asegurar la seguridad, calidad y aptitud para la venta de las cosechas recogidas en áreas sin acceso a electricidad o a métodos convencionales de almacenaje o potencia eléctrica. Lewis también cita el secado de frutas y verduras en granjas como otra manera de preservar el valor de mercado de los productos agrícolas.

“Estas soluciones no sólo son importantes para asegurar la frescura y la seguridad de los productos agrícolas, sino que también permiten que los agricultores los vendan cuando el precio es adecuado”, dice Lewis.

Las aplicaciones móviles y de Internet pueden ayudar a los agricultores a conocer prácticas óptimas y nuevas tecnologías apropiadas, compartir conocimientos y conectar con los mercados.

Aumento de precio: Conocer el precio de mercado. (© AP Images)

“No se pueden cultivar alimentos con teléfonos celulares, pero se puede facilitar el acceso a la información de los agricultores con más rapidez que con los sistemas de extensión convencionales”, explica Rosegrant. Internet podría ayudar a aumentar la productividad agrícola en 3.000 millones de dólares por año tan sólo en África, según un informe de McKinsey de 2013 (en inglés).

Nuevas empresas de tecnología propia en Botsuana, Kenia y otros países africanos ya intentan llegar hasta agricultores remotos con aplicaciones que proporcionan diagnósticos veterinarios, guías para la plantación de cultivos y mercados virtuales.

Sin embargo, las mejores tecnologías y prácticas agrícolas sólo pueden llegar hasta cierto punto. Para lograr reducciones importantes de las pérdidas después tras las cosechas, son necesarias grandes mejoras en la infraestructura energética y de transporte en África y el sur de Asia.

¿Existe una aplicación informática para eso? Todavía no.