
El secretario de Estado Mike Pompeo indicó que Estados Unidos suspende sus obligaciones en virtud del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio y se retirará en seis meses debido a la negativa de Rusia a destruir un nuevo misil de crucero lanzado desde tierra que “pone en mayor riesgo a millones de europeos y estadounidenses”.
La suspensión entra en vigor el 2 de febrero.
“La seguridad del pueblo estadounidense debe ser nuestra mayor consideración… y los países deben rendir cuentas cuando rompen las reglas”, dijo Pompeo (en inglés) en declaraciones pronunciadas el 1 de febrero.
Estados Unidos ha planteado más de 30 veces en casi seis años a funcionarios rusos de todos los niveles la cuestión de la violación del tratado de 1987 por parte de Rusia. A partir de 2013, Moscú negó repetidamente incluso la existencia del SSC-8/9M729, un misil de crucero móvil lanzado desde tierra que viola el tratado y es capaz de alcanzar objetivos dentro del rango prohibido de 500 a 5.500 kilómetros.
Rusia sólo reconoció la existencia del misil después de que los Estados Unidos lo identificara públicamente en 2017.
“Cuando un acuerdo se ignora tan descaradamente y nuestra seguridad se ve tan abiertamente amenazada, debemos responder”, dijo Pompeo. En nombre del presidente Trump, agradeció a los aliados de la OTAN por estar “con nosotros en nuestra misión de defender el estado de derecho y proteger a nuestro pueblo”.
Inmediatamente después de la declaración de Pompeo, la OTAN se pronunció (en inglés) en apoyo pleno de la medida tomada por Estados Unidos e indicó que si Rusia no cumplía en el plazo de seis meses, “Rusia será la única responsable del final del tratado”.
Pompeo dijo que Rusia ha tratado de poner a Estados Unidos en desventaja militar. “Le dimos a Rusia un amplio margen de tiempo para enmendar sus errores”, dijo, pero el 2 de febrero “ese tiempo se acaba”.
Si Rusia no cumple en un plazo de seis meses “destruyendo de manera verificable sus misiles que violan el INF, sus lanzadores y el equipo asociado, el tratado terminará”, dijo.
Pompeo indicó que Estados Unidos continúa “esperanzado en que podamos volver a poner nuestra relación con Rusia en un mejor pie, pero la responsabilidad de Rusia es cambiar el curso de un patrón de actividad desestabilizadora, no sólo en este asunto, sino también en muchos otros”.
El intento de anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 y la agresión en Ucrania han afectado a las relaciones con la OTAN y los vecinos de Rusia en Europa.
Pompeo dijo que es la violación de Rusia lo que plantea el riesgo de otra carrera armamentista.