Se cuentan los votos y toda la atención naturalmente se inclina hacia el ganador. Pero, ¿qué pasa con el perdedor?
La existencia de elecciones libres y justas significa que siempre habrá ganadores y perdedores. En una democracia fuerte, el partido que pierde una elección acepta su derrota, sabiendo que el sistema electoral le dará otra oportunidad en las próximas elecciones.
Tomemos por ejemplo el caso de Burkina Faso en diciembre de 2015. El candidato derrotado, el exministro de finanzas Zéphirin Diabré, empleó las redes sociales para felicitar al ganador decisivo, Roch Marc Kaboré. “La estabilidad y la paz de Burkina son más importantes que cualquier cálculo político”, tuiteó Diabré.
La stabilité et la paix du Burkina sont plus importantes que tous les calcules politique. #Burkina #lwili #UPC
— Zéphirin Diabré (@Zephirindiabre) December 5, 2015
[Tuit original en francés]
Zéphirin Diabré @Zephirindiabre
La estabilidad y la paz de Burkina son más importantes que cualquier cálculo político. #Burkina #lwili #UPC
3:59 p.m. – 5 de diciembre de 2015
La forma en que los partidos de la oposición se comportan después de elecciones muy reñidas o percibidas como viciadas es particularmente importante.
Las históricas elecciones de Nigeria en 2015 llevaron a la primera transferencia de poder pacífica de ese país. En el discurso con el cual admitió su derrota, el presidente Goodluck Jonathan reconoció que si bien había perdido por más de 2 millones de votos, algunos votantes podían no estar de acuerdo con los resultados anunciados por la Comisión Electoral Nacional, el organismo independiente que supervisa las elecciones en ese país.
En su claudicación, Jonathan destacó la importancia de poner al país por delante de la ambición personal. “Como siempre he afirmado”, declaró Jonathan en su discurso televisado, “ninguna ambición vale la sangre de un nigeriano. La unidad, estabilidad y el progreso de nuestro querido país son más importantes que cualquier otra cosa”.
[vídeo en inglés]
En Estados Unidos, la elección presidencial de 2000 fue reñida y discutida. Un dictamen del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre los votos de Florida aseguró la victoria del gobernador de Texas George W. Bush frente al vicepresidente Albert Gore Jr.
En su discurso para reconocer la decisión y la victoria del presidente electo Bush, Gore dijo: “Hace casi un siglo y medio, el senador Stephen Douglas le dijo a Abraham Lincoln, quien lo acababa de derrotar en la lucha por la presidencia, ‘Los sentimientos partisanos deben ceder el paso al patriotismo. Estoy con usted, Sr. presidente, Dios lo bendiga’. Bien, con ese mismo espíritu, le digo al presidente electo Bush que lo que quede del rencor partisano debe ser puesto a un lado y espero que Dios bendiga su administración de este país”.