La Plataforma de Acción de Pekín establecida en 1995 en una conferencia de las Naciones Unidas, establece una agenda para la potenciación de la mujer e identifica 12 aspectos críticos como preocupantes. Durante el Mes de la Historia de la Mujer que en Estados Unidos se celebra en marzo, esta serie en ShareAmerica explora cada uno de estos aspectos. El artículo de hoy examina la brecha económica entre hombre y mujer.
Los salarios de la mujer son todavía menores que los de los hombres
La mujer conforma la mitad de la población mundial, pero en promedio gana la mitad de lo que el hombre gana. Gran parte de su trabajo: criar niños, manejar la vivienda y conseguir los artículos de primera necesidad, no tiene paga. El Informe mundial de brecha de género de 2014 (en inglés) registra los progresos globales en cierre de esa brecha. Nicaragua y Ruanda son los países con mejor desempeño. Mientras que las brechas más amplias están en Oriente Medio y África.

En general a la mujer en los países desarrollados le va bien: son propietarias de bienes, abren pequeñas empresas, e incluso toman cada vez más decisiones que los hombres respecto a las compras. Sin embargo los actuales datos de la ONU indican que la mujer de las economías en desarrollo con frecuencia sigue excluida de la toma de decisiones en política y economía.
Las políticas gubernamentales que ofrecen a la mujer el acceso equilibrado al crédito, a capital y a derechos de propiedad impulsan tanto la paridad económica femenina como el crecimiento económico que beneficia a todos los ciudadanos.

La participación de la mujer en la empresa privada es un motor económico crucial. La seguridad económica de la mujer favorece la buena salud, educación y vitalidad de una familia. Lograr la libertad de la mujer para comprar, para producir, y para contribuir plenamente a la transformación cívica y política beneficia a todos.
Cerrar la brecha entre los géneros tomará tiempo
Las señales son esperanzadoras pero la calculadora del Foro Económico Mundial de la brecha de género 2015 (en inglés) predice que la brecha no se cerrará sino en 2095. Las mujeres están trabajando a nivel mundial para lograr más pronto la paridad. Susan Aref dirige la Organización para el Empoderamiento de la Mujer (WEO, en inglés) en el Kurdistán iraquí, donde los desafíos de Daesh y de Siria amenazan los progresos económicos de la mujer. Antes del actual conflicto civil, la WEO educaba a la mujer y la ayudaba a microfinanciar pequeños negocios. Actualmente las mujeres están desplazadas en campos de refugiados. “Tenemos que darles algún tipo de medio para hacer ingresos, porque es muy difícil sobrevivir sin un ingreso. Especialmente para proteger a la mujer de la trata y la prostitución, tenemos darles poder económico”, dijo Aref en una entrevista reciente (en inglés).

Lubna Olayan, una empresaria saudita que dirige la Compañía Financiera Olayan, apoya a las organizaciones comunitarias en el mundo árabe dedicadas a potenciar a la mujer. “La educación es el principal motor para mejorar la sociedad, en Arabia Saudita y en cualquier otro lugar del mundo”, dice, eso, y “conseguir que la mujer tenga iguales oportunidades para participar en el desarrollo económico de un país”.
Una mujer exitosa puede ayudar a otras mujeres a salir adelante. La Asociación entre Fortune y el Departamento de Estado para la asesoría a mujeres a nivel mundial en el programa de asociaciones de Fortune y el Departamento de Estado (Global Women’s Mentoring Partnership, en inglés) busca y ayuda activamente a nuevas mujeres emprendedoras de todo el mundo, otorga fondos y oportunidades para aprender de otras profesionales. La asociación mundial Voces Vitales (Vital Voices, en inglés) hace una tarea de establecimiento de contactos similar.
Las habilidades de la mujer son necesarias para transformar y mejorar las condiciones económicas a nivel mundial. Por medio de esfuerzos públicos y privados en todo el mundo, la paridad económica entre los géneros puede convertirse en realidad.