Park Jung-Oh escapó de Corea del Norte junto a su familia en el año 2000. Hoy, junto a su hermano, tiene como misión combatir la ignorancia de los coreanos del norte respecto al mundo exterior.
Su hermano mayor, Park Sang-hak, había trabajado como propagandista en la Liga Juvenil Socialista Kim Il Sung. Cuando llegó a Corea del Sur tuvo una sensación nueva, la libertad. “La sorpresa más grande para mí fue darme cuenta de lo mucho que había sido engañado y de cuanto me habían lavado el cerebro en Corea del Norte”, dijo.

Park Sang-Hak, retratado arriba, fundó una organización que utiliza globos para llevar a Corea del Norte materiales y equipos sobre derechos humanos y democracia, incluso películas populares y programas de televisión. También envía información sobre acontecimientos mundiales, noticias las cuales los medios del país controlados por el estado jamás difundirían.
“El régimen norcoreano se sintió tan amenazado que dos veces enviaron asesinos”, dijo Park Sang-Hak.
Mensajes en una botella
Park Jung-Oh tiene su propia organización dedicada a ayudar a los desertores a adaptarse a una nueva realidad fuera del norte. Ha establecido un programa extraescolar gratuito para ayudar a los estudiantes a aprender inglés y a prosperar en su nueva vida.
Park Jung-Oh también fundó una organización que llena con arroz botellas grandes de agua y unidades USB para las computadoras. Como “un mensaje en la botella” esas botellas son arrastradas por la corriente hasta las playas de Corea del Norte.

Las novelas surcoreanas y las películas estadounidenses de acción son favoritas en las unidades USB que logran llegar hasta Corea del Norte.
Juntos, los hermanos Park son parte de una coalición de organizaciones de desertores de Corea del Norte. Con diferentes estrategias para hacer llegar información a Corea del Norte, los hermanos comparten información y tácticas con sus contrapartes en otros grupos.
“Esos diferentes grupos tienen distintas metas y objetivos, pero todos trabajan juntos por la meta final de ayudar no solamente a los exiliados en Corea del Sur, sino también a nuestros hermanos y hermanas en Corea del Norte”, dijo Park Sang-Hak.