Cuando los refugiados huyen desesperados de la guerra civil en Siria, de la garra mortal de Daesh en partes de Iraq, o de los levantamientos de Sudán del Sur, estos refugiados reciben alimentos y albergue en nombre del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.


El mayor porcentaje de la financiación de un país individual para apoyar a estos refugiados proviene de Estados Unidos. Por medio de las Naciones Unidas y otras organizaciones humanitarias, Estados Unidos ya ha desembolsado casi 5.600 millones de dólares en ayuda para los refugiados sirios desde el comienzo de la crisis, cuando millones de personas comenzaron a huir a Jordania, Líbano, Turquía y a otras partes del mundo. Estos fondos también sirven para ayudar a las personas desplazadas dentro de Siria.
Estados Unidos contribuye de distintas maneras: mediante paquetes de víveres o vales para alimentos, harina para las panaderías y financiamiento para proyectos de saneamiento, albergue y asistencia médica. La ayuda se distribuye a través de muchos canales.
Así como Estados Unidos ha colaborado económicamente con la situación de los refugiados sirios en lugares distantes, también ha abierto sus puertas para acoger a refugiados de otras zonas de conflicto cuyas vidas se verían en peligro si regresaran a sus hogares.
Así, Estados Unidos ya ha recibido y reasentado a casi 3,2 millones de refugiados desde 1975; más que todos los otros países juntos. Y cuando los refugiados llegan a Estados Unidos, estos reciben ayuda para comenzar una nueva vida. Pueden ponerse a trabajar inmediatamente y, luego de transcurridos cinco años pueden solicitar la ciudadanía. En el pasado, entre las personas acogidas se encontraban vietnamitas, cubanos, congoleños, afganos, iraquíes y sudaneses, entre muchas otras nacionalidades.
La ONU calcula que hay 21 millones de refugiados en el mundo.
El presidente Obama, quien incrementó el límite de admisión de refugiados de 70.000 a 85.000 para 2016, celebrará el próximo 20 de septiembre en Nueva York la Cumbre de Líderes sobre la Crisis Mundial de los Refugiados (en inglés), para alentar a los países a brindar mayor ayuda humanitaria y a admitir más refugiados. El presidente también ha hecho un llamado a incrementar a 100.000 el número de acogidos en Estados Unidos para 2017.