Los piratas informáticos y ladrones de propiedad intelectual de la República Popular China (RPC) están atacando a países de todo el mundo.
Los ladrones que trabajan para hacer avanzar objetivos de desarrollo militar y económico de la RPC han atacado a un gigante farmacéutico alemán, a productores de semiconductores en Taiwán y a fabricantes de alta tecnología en países desde Estados Unidos hasta Corea del Sur y Australia.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Michael Pompeo, dijo en una sesión informativa para la prensa el 9 de julio (en inglés) que el riesgo de los ladrones de tecnología de la RPC afecta a “personas de todo el mundo que han hecho el esfuerzo para inventar cosas, crear y prosperar”.
“La amenaza del robo de la propiedad intelectual es increíblemente real”, añadió.
La Unión Europea sancionó recientemente a dos ciudadanos de la República Popular China y a la empresa Haitai Technology Development Company Limited, todos con sede en China, por “actividades informáticas malintencionadas con la finalidad de menoscabar la integridad, la seguridad y la competitividad económica de la Unión”.
El ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell comentó que las ciberamenazas aumentan y evolucionan, y afectan a nuestras sociedades al anunciar las primeras sanciones en un tuit el 30 de julio, e indicó que no se va a tolerar tal comportamiento.
.@SecPompeo: Mal comportamiento en el ciberespacio debe tener consecuencias. Aplaudimos primeras sanciones cibernéticas por la Unión Europea. Seguiremos trabajando con la UE, estados miembros y países con ideas afines para promover comportamiento responsable en el ciberespacio. https://t.co/p63B9pvzfW
— USA en Español (@USAenEspanol) 30 de julio de 2020
Los métodos de la RPC varían: desde emplear a piratas informáticos, a enviar oficiales militares al extranjero impostores como investigadores civiles, hasta coaccionar a científicos chinos y de otros países.
Sus objetivos son aún más diversos.
Los fiscales de los Estados Unidos acusan a dos piratas informáticos, que trabajan con el Ministerio de Seguridad del Estado de la RPC, de haber atacado a industrias de alta tecnología en once países, entre ellos Australia, Bélgica y Japón. El ataque duró más de una década y se dirigió a la tecnología de múltiples sectores, incluidas empresas que desarrollan vacunas y tratamientos para la pandemia de COVID-19.
En agosto, investigadores de seguridad cibernética revelaron un complot dirigido a numerosos fabricantes de microchips en Taiwán, según la revista Wired (en inglés). Los piratas informáticos “estatales” de la RPC llevaron a cabo el ciberataque “dirigido a robar la mayor cantidad de propiedad intelectual posible”.
En 2018, la compañía farmacéutica alemana Bayer encontró software infeccioso en sus redes informáticas. Los expertos en seguridad consideraron que el ataque era consistente con un grupo con sede en la China continental llamado “Wicked Panda”, según Reuters.
Y docenas de científicos del Ejército Popular de Liberación de China han ocultado sus afiliaciones militares para viajar a Australia, Canadá, Nueva Zelanda, el Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea para realizar investigaciones en áreas como los misiles hipersónicos y tecnología de navegación, según el Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI), un centro de estudios en Canberra.
Desde 2008, el ejército chino también ha enviado a 2.500 científicos a universidades de otros países, incluidos Estados Unidos, el Reino Unido, Australia, Canadá y Alemania, según reveló ASPI en un informe de octubre de 2018 (en inglés).
“Algunos de los que viajan al extranjero han utilizado activamente una cobertura para ocultar sus afiliaciones militares, alegando que son de instituciones académicas inexistentes”, indica ASPI.