El arte del Corán ilustra la tradición islámica

Sus páginas están pobladas de graciosa caligrafía y pinturas en miniatura ornamentadas con oro. Estos manuscritos ilustrados, más de 60 de los más importantes ejemplares del Corán provenientes del mundo árabe, Turquía, Irán y Afganistán, son el centro de atención en una exposición en Washington que rastrea la historia y el desarrollo artístico del mundo islámico.

Folios de un Corán de Oriente Próximo, período abasida, siglo X (Museo de Arte Turco e Islámico de Estambul).
Folios de un Corán de Oriente Próximo, período abasida, siglo X (Museo de Artes Turco e Islámico de Estambul).

El Arte del Corán: Tesoros del Museo de Arte Turco e Islámico (The Art of the Qur’an: Treasures from the Museum of Turkish and Islamic Arts, en inglés), que se expone en la Galería Sackler del Instituto Smithsoniano hasta el 20 de febrero de 2017, muestra cómo el Corán evolucionó de ser un mensaje de tradición oral a ser un texto escrito, lo que a su vez motivó innovaciones creativas.

Una vez que el Corán se transformó en un texto redactado, los escribas “comenzaron a marcar los 114 capítulos, primero con simples artificios decorativos”, comenta Massumeh Farhad, curador de la muestra. “Los ilustradores introdujeron las cabeceras de oro y los marcadores para indicar el final de cada verso. Otras versiones del Corán fueron divididas hasta en 30 secciones, de manera que un musulmán pudiera leer el texto entero en un mes.

Los manuscritos de la muestra, que cubre mil años e incluye obras de Damasco desde el siglo VIII hasta el siglo XVII en Estambul “permiten tener una visión de la tremenda gama de estilos caligráficos y del estilizado lenguaje decorativo” practicado en el mundo islámico, explica Farhad. “Esto se desarrolló en diferentes ciudades y regiones y se trasladó a otros centros, gracias al movimiento de los manuscritos, tanto como de los artistas y de los calígrafos”.

Corán de Herat (detalle) from Herat, Afganistán; del período timúrida, 1434 (Museo de Arte Turco e Islámico de Estambul).
Corán de Herat, Afganistán, del período timúrida, 1434 (Museo de Arte Turco e Islámico de Estambul).
Página del Corán con caligrafía ilustrada (Museo de Arte Turco e Islámico de Estambul).
Este libro del Corán se atribuye al calígrafo Abd Allah al-Sayrafi. Probablemente tiene su origen en Iraq y es de la primera mitad del siglo XIV durante el período ilkanato (Museo de Arte Turco e Islámico de Estambul).

A lo largo del camino espléndidamente decorados libros del Corán emergieron como emblemas de piedad y poder político.

Creados para los gobernantes otomanos, los manuscritos fueron muy valorados y entregados como regalo para cimentar alianzas políticas o militares. Libros del Corán también fueron donados a entidades como santuarios o mezquitas para mejorar el prestigio del donante y su reputación de ser una persona de bien. Las mujeres de la realeza donaban el Corán a las bibliotecas y escuelas como símbolos de su devoción a la vida social y religiosa contemporánea.

La muestra en Sackler habla de relatos individuales de algunos de esos manuscritos, la mayoría de los cuales están en calidad de préstamo del Museo de Artes Turco e Islámico, aunque hay otros que son parte de las colecciones permanentes de las galerías Freer y Sackler del Smithsoniano.

“Aunque cada libro del Corán tiene un texto idéntico, la maestría y la habilidad de los artistas lo transforma en una obra de arte única”, dijo Farhad.