“No estamos en guerra contra el Islam”, dijo el presidente Obama (discurso en inglés) al público en una cumbre de tres días de duración el 18 de febrero. “Estamos en guerra con las personas que han pervertido el Islam”.
En declaraciones pronunciadas durante la Cumbre de la Casa Blanca para contrarrestar el extremismo violento, el presidente destacó que Estados Unidos no tiene conflictos con ninguna religión.
El extremismo violento no pertenece a ninguna religión en particular, dijo Obama. Los actos de violencia se han cometido contra personas de diferentes credos y por personas de diferentes credos.
“Lo cual es por supuesto, una traición a todas nuestros credos”, declaró Obama. “No es exclusivo de un grupo, o de una zona geográfica o de un período de tiempo”.
En la cumbre, los líderes de la sociedad civil y gobiernos de más de 60 países están compartiendo ideas sobre programas arraigados en las comunidades para contrarrestar el extremismo. Obama dijo que luchar contra el extremismo violento requiere algo más que un enfoque en los terroristas que cometen la violencia.
“También nos referimos a las ideologías, la infraestructura de los extremistas; los propagandistas, los reclutadores, los financiadores que radicalizan y reclutan o incitan a la violencia”, dijo Obama.
Cuando jóvenes en muchos países enfrentan un futuro sombrío, la corrupción es generalizada, y no no hay salidas para expresar preocupaciones, se cultivan los resentimientos, según dijo Obama. Y cuando los gobiernos sofocan la disidencia o marginan a ciertos grupos, las comunidades se vuelven más susceptibles al reclutamiento de terroristas.
“Así que el ingrediente esencial para una verdadera y duradera estabilidad y progreso no es menos democracia, sino más democracia”, expreso Obama. “Son las instituciones que mantienen el estado de derecho y aplican la justicia por igual”.
Durante la cumbre, el secretario de Estado John Kerry dijo que muchos diferentes segmentos de la sociedad tienen un papel en la lucha contra el extremismo violento.
“Tenemos que mirar al sector privado como los generadores primarios de oportunidades”, dijo Kerry. “Y debemos recurrir a la ayuda de fundaciones y filántropos, y tenemos que asegurarnos de que la sociedad civil es capaz de operar libremente y sin temor”.