El mar de China Meridional es uno de los lugares más hermosos de la Tierra. En e’l se encuentran más de 250 islas pequeñas, atolones, cayos, cardúmenes, arrecifes y bancos de arena y más de 6.500 especies marinas. El explorador marino francés Jacques Cousteau alguna vez llamó a la zona como “una obra de arte virgen”. Pero ahora este hábitat marino irreemplazable, sus criaturas marinas y los medios de subsistencia de los pescadores regionales, están bajo amenaza.
La destrucción de los arrecifes de coral y los recursos marinos vivos que dependen de ellos también puede aumentar aún más las tensiones en el mar de China Meridional y el riesgo de conflicto.

Los desafíos
La escasa protección de este tesoro natural ha adoptado muchas formas. La pesca excesiva es parte del problema. En los últimos años, algunas especies de peces han disminuido hasta un 80 por ciento. Además, los peces se capturan demasiado jóvenes. Esto significa que son más pequeños, y los pescadores deben ampliar sus capturas para alimentar a aquellos que dependen de las proteínas del pescado.

Otro problema es la recuperación de tierras, una manera de construir islas artificiales. “Lo peor que alguien puede hacerle a un arrecife de coral es enterrarlo bajo toneladas de grava y arena”, dijo al sitio web de noticias SciDevNet (en inglés) el biólogo marino John McManus de la Universidad de Miami. Pero eso es precisamente lo que está sucediendo. Para construir una isla, las dragas colocan arena y grava sobre los arrecifes de coral, un proceso que destruye los arrecifes o evita que se regeneren los arrecifes dañados.

¿Dónde se obtiene la arena y la grava para construir islas nuevas? Se extrae de bancos de arrecifes y lagunas cercanas, lo que además perjudica los ecosistemas. Al acumularse arena y limo, se daña el tejido coralino y se impide que la luz del sol, necesaria para la vida, llegue a los corales. La arena y la grava colocada en lo alto de las islas artificiales “pueden llegar de nuevo al mar, formando columnas que pueden acabar con la vida marina y mezclarse con metales pesados, petróleo y otros productos químicos de los buques y las instalaciones costeras en construcción”, según el profesor de la Universidad del Sur de Florida Frank E. Muller-Karger en su conversación con el diario The New York Times.
John McManus agrega que las actividades de construcción de islas artificiales ya han destruido de forma permanente 1.300 hectáreas de arrecifes ricos en especies.

Una de las tantas tragedias ambientales es el destino de la almeja gigante (Tridacna gigas), el molusco bivalvo más grande que existe. Es una especie en peligro de extinción. Lamentablemente para la almeja, su concha es muy apreciada en China y en otros lugares como un artículo de lujo.
Para maximizar su captura ilegal, los pescadores instalan deliberadamente hélices en los barcos pequeños y las utilizan para despedazar el arrecife de coral vivo para así poder capturar las almejas con más facilidad. En 2014 y 2015, las operaciones de dragado y construcción de islas en los arrecifes Fiery Cross, Subi y Mischeaf fueron “inmediatamente precedidas por olas de lanchas que formaban arcos en el agua a lo largo de grandes zonas de arrecifes”, informa la revista The Diplomat. ¿El resultado? Almejas muertas y corales con graves daños. El coral no puede recuperarse porque los países aprovechan el coral destruido para crear islas artificiales.
Los corales que tienen cientos de años y las irreemplazables almejas gigantes son solo dos de las especies amenazadas. Estas fotos muestran a algunos seres vivos cuya existencia está en riesgo.
Una forma de vida en riesgo
El “Triángulo de Coral” entre Indonesia, Malasia y Filipinas es el hogar de más de 3.000 especies de peces de arrecife. Aproximadamente 100 millones de personas en la región dependen de estos peces para obtener alimentos e ingresos.

Los recursos naturales de la región están estrechamente interconectados. Los peces y otras especies marinas de la zona comprendida entre Indonesia, Malasia y Filipinas dependen de los corales y las larvas de peces que provienen del Mar de China Meridional y las Islas Salomón. Cuando los arrecifes quedan destruidos y enterrados, muere la pesca y, así, se ve amenazada la subsistencia de las comunidades pesqueras en las costas y de todas las demás que dependen de ellas.

Mantener la forma de vida de los pescadores se hace más difícil dadas las actividades de construcción de islas artificiales en el Mar de China Meridional y la continua destrucción de los arrecifes de coral y las especies que dependen de ellos.
Las poblaciones dependen de los recursos naturales de los países del Mar de China Meridional, por lo que los científicos deben trabajar juntos para entender cómo afecta la pesca excesiva, la destrucción de los arrecifes de coral y la construcción de islas artificiales a los seres humanos y la fauna silvestre. Su cooperación puede ayudar a mantener la paz y la estabilidad en el Mar de China Meridional.