El panorama religioso de Estados Unidos es diverso y se caracteriza por el derecho a la libertad de culto, establecido por la Constitución, y la inmigración.

De hecho, el pluralismo religioso en Estados Unidos tiene sus orígenes en el pasado colonial estadounidense, cuando integrantes  de minorías religiosas perseguidas emigraron desde Europa al Nuevo Mundo para poder practicar libremente sus creencias. Y aún hoy en día llegan personas de todos los rincones del planeta, trayendo consigo sus tradiciones únicas de fe a pueblos y ciudades de Estados Unidos.

Los fieles de todos los credos están protegidos por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que garantiza el libre ejercicio de la religión y prohíbe al gobierno establecer una religión nacional u otorgar preferencias a cualquier grupo religioso.

Feligreses asisten al servicio en la Iglesia Bautista de la Avenida Franklin, una iglesia histórica afroestadounidense en Nueva Orleáns.

En la actualidad, los cristianos que pertenecen a miles de denominaciones existentes representan las tres cuartas partes de la población estadounidense, siendo los católicos quienes componen el grupo más grande. Sin embargo, todas las otras principales religiones del mundo también se profesan en Estados Unidos, en tanto que casi el 16% de la población no profesa religión alguna.

Una bendición sintoísta acompaña la dedicatoria del Pueblo de Pescadores en el Puerto de Honolulu, Hawái.

Si bien la mayoría de los estadounidenses son devotos, también son tolerantes con el credo religioso de los demás y sorprendentemente antidogmáticos en el sentido de no creer que su propia religión es el único camino verdadero, según el Centro de Investigaciones Pew. En cualquier comunidad estadounidense se encuentra a cristianos de diversas denominaciones que acuden a la iglesia los domingos, a judíos que concurren a la sinagoga los viernes al anochecer o los sábados por la mañana y a musulmanes que rezan diariamente en sus mezquitas, en tanto que hindúes y budistas visitan sus templos para meditar y los sijes acuden a sus servicios en los templos llamados gurdwaras.

Además, el diálogo interreligioso y los servicios de oración son habituales en muchas comunidades, y los matrimonios interreligiosos ya no son algo fuera de lo común. 

Familia judía exhibe una colección de menoras en Charleston, Virginia Occidental.

Algunos grupos religiosos tienen mayor prevalencia en ciertas partes de Estados Unidos. Por ejemplo, los luteranos están claramente representados en la zona norte del medio oeste, en tanto que los bautistas, incluidos los miembros de las iglesias afroestadounidenses históricas, predominan en estados del sur. Los cristianos ortodoxos orientales tienen una mayor concentración en Alaska, Pensilvania, California y Nueva York, en tanto que los mormones representan el 90% de la población de Utah.

Grupo de musulmanes en una oración comunitaria en Davenport, Iowa.

En Dearborn, Michigan, los musulmanes representan un tercio de la población, mientras que en el área metropolitana de la ciudad de Nueva York se concentra la mayor población judía fuera del estado de Israel.

Los hindúes saludan con beneplácito la apertura del primer templo hindú en Indiana, Indianápolis.

Los sijes, al igual que musulmanes y judíos, están diseminados por todo Estados Unidos, pero se encuentran en mayor número en California, Nueva Jersey y Nueva York. Los budistas, presentes mayormente en las ciudades principales de Estados Unidos, consideran a San José, en California, uno de sus principales baluartes.

Grupo de budistas participa en una celebración de Vesak en el Instituto Budista de Indiana, en Fort Wayne.

Los cuáqueros, posiblemente más conocidos por sus tradiciones pacifistas, mantienen lazos históricos con la región noreste del país, pero están diseminados de costa a costa. Los hindúes también están dispersos por todo Estados Unidos, siendo la región de Nueva York la que tiene mayor cantidad de templos hindúes en el país, seguida por Texas y Masachusets.

Niña enciende velas en la Iglesia Ortodoxa Rusa de San Nicolás en Wilkes-Barre, Pensilvania.

El sintoísmo se profesa en los estados de Colorado, Hawái y Washington; este último estado tiene la mayor cantidad de estadounidenses de ascendencia japonesa. Y los ritos religiosos de los pueblos indígenas de América del Norte, en todas sus variedades, se practican en todos los territorios indígenas, mayoritariamente en los estados del oeste, el Pacífico al noroeste y Alaska.

Coro del Tabernáculo mormón actúa en el Tabernáculo, en Salt Lake City.

La inmigración desde países de América Latina ha aumentado la cantidad de católicos y de algunos grupos protestantes. Dados los cambios culturales en Estados Unidos, los dos grupos religiosos cuyo número aumenta más rápidamente son los protestantes evangélicos y aquellos que no profesan ninguna religión.

Grupo de sijes se reúne para celebrar el Vaisakhi, un festival sij, en Bedford, Ohio.

Algunos cultos evangélicos oran en las llamadas “megaiglesias”, definidas como iglesias protestantes que cuentan con la participación de un promedio de 2.000 o más personas por semana. Unos pocos grupos protestantes, como los pentecostales o los wesleyanos, aún hacen sus “encuentros en carpas”, reuniones de los practicantes de esa fe realizadas bajo una gran carpa, un legado que proviene de las reuniones de oración que se realizaban en el siglo XIX en las zonas limítrofes estadounidenses al irse expandiendo el país hacia el oeste.

Grupo de fieles participa en un servicio religioso sin distinción de credos, en la Iglesia Lakewood, una megaiglesia evangélica protestante en Houston.

Los fieles de estas religiones, y muchas más, celebran sus feriados religiosos y festivales, y se reúnen cada vez con mayor frecuencia en ceremonias interreligiosas. Además, prestan servicios junto a sus vecinos no religiosos y se ofrecen como voluntarios en comedores de beneficencia, bancos de alimentos y otros eventos benéficos.

La tradición de pluralismo religioso, una característica que define a la democracia de Estados Unidos desde el siglo XVIII, sigue viva y vigente en el siglo XXI.

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