Cuando el presidente Obama dio la bienvenida en la Casa Blanca a los musulmanes el pasado 22 de junio para celebrar la cena iftar, estaba siguiendo los pasos de unos de los padres fundadores de Estados Unidos.
Thomas Jefferson, tercer presidente de Estados Unidos, fue anfitrión del enviado tunecino Sidi Soliman Mellimelli durante el Ramadán del 9 de diciembre de 1805. En una muestra de respeto al credo de Mellimelli, Jefferson cambió el horario del banquete de la hora habitual de las 3:30 de la tarde a la hora “precisa de la puesta del Sol”.

En 1765, Jefferson compró una traducción al inglés del Corán para su biblioteca personal, una colección de libros que con el tiempo, en 1815, se convirtió en la moderna Biblioteca del Congreso.
La administración Clinton hizo de la cena del iftar una tradición anual en la Casa Blanca. Desde entonces los presidentes han seguido celebrando la cena para honrar las contribuciones de los musulmanes a la sociedad civil.
“Nuestro iftar anual en la Casa Blanca reconoce la sacralidad del Ramadán para más de 1.500 millones de musulmanes en todo el mundo”, dijo Obama en la celebración de 2015. “Nuestro iftar es también un recordatorio de las libertades que nos unen como estadounidenses, incluyendo a la libertad de credo, ese inviolable derecho para practicar nuestros credos libremente”.