El vestido de la toma de posesión presidencial es un anticipo del estilo de la primera dama [vídeo]

El vestido que lleva la primera dama el día de la toma de posesión presidencial ofrece un indicio inicial de su sentido de la moda y durante siglos ha contribuido a indicar el tono que podría adoptar la administración entrante.

Fastuoso vestido de época en color hueso (Museo Nacional de Historia de Estados Unidos, Instituto Smithsoniano)
El vestido de gala de satén de seda de Dolley Madison es típico del estilo de fines de la década de 1810 (Instituto Smithsoniano)

La función de la primera dama no está claramente definida en la legislación de Estados Unidos, y cada esposa de presidente ha marcado su propio rumbo durante el tiempo que habitó la Casa Blanca. Las festividades de la toma de posesión presidencial, incluidas las fiestas oficiales con baile, son la forma tradicional en que la primera dama se presenta a la nación.

En el primer baile inaugural en 1809, Dolley Madison, esposa del presidente James Madison, sentó un precedente al elegir un atuendo estadounidense —un vestido de terciopelo color arena y joyas de perlas— en vez de lucir diamantes como una reina.

“Ella creó intencionalmente un guardarropa estadounidense, un estilo estadounidense que era apropiado” para su época y cultura, que desdeñaba la realeza, dice Jane Hampton Cook, autora e historiadora presidencial.

Se espera que Melania Trump, una exmodelo, marque su estilo propio y definido en materia de moda. Nacida en Eslovenia, Trump será la segunda primera dama proveniente de otro país después de Louisa Adams, quien había nacido en Londres, y es probable que incorpore arte y glamur a la Casa Blanca, comentó Cook.

Mujer con vestido blanco saludando con la mano (© AP Images)
Se espera que la exmodelo Melania Trump incorpore glamur a la Casa Blanca. (© AP Images)

“Ella se encuentra en una posición única porque ha sido modelo, por lo que conoce muy bien el mundo de la moda y sabe cómo utilizarlo para crear una cierta imagen”, explica Cook.

La primera dama es la anfitriona oficial de la administración del presidente. Muchas de ellas también han adoptado la promoción de proyectos especiales o causas benéficas durante su estancia en la Casa Blanca.

¿Por qué estamos tan interesados en cómo se viste la primera dama?

“Sentimos interés en la primera dama como algo propio. Nos pertenece y nos representa, de modo que sentimos que tenemos el derecho de decidir si es apropiada”, dice Lisa Kathleen Graddy, vicepresidenta y curadora de la división de historia política del Museo Nacional de Historia de Estados Unidos del Instituto Smithsoniano.

El museo cuenta con una popular colección de vestidos que pertenecieron a las primeras damas del país en una exhibición sobre la evolución del papel de la primera dama. Generalmente, las primeras damas donan su vestido del baile de la toma de posesión al museo.

“Nos fijamos especialmente en ese vestido para tener una idea de si ella va a ser formal, informal, moderna, clásica, glamurosa, y qué puede decirnos eso sobre cómo será la administración”, dice Graddy.

Cuando la primera dama Nancy Reagan lució un glamuroso vestido con cuentas y de un solo hombro en un baile de gala en la toma de posesión en 1981, uno sabía que el gobierno de Reagan iba a ser más formal que el de Jimmy Carter, que era más informal intencionadamente, explica Graddy.

En el baile de toma de posesión de la presidencia, Rosalyn Carter usó un vestido que ya se había puesto para el baile de celebración cuando su marido asumió la gobernación de Georgia, y tomó la sentimental decisión de usarlo de nuevo, cuenta Graddy. A Carter le sorprendió que algunas personas desaprobaran esa decisión, habían esperado que ella hiciera promoción la moda estadounidense y luciera un vestido nuevo, dice Graddy.

Una niña flanqueada por una mujer y un hombre (© AP Images)
La primera dama Rosalynn Carter (izda.), su hija Amy y el presidente Jimmy Carter en un baile de toma de posesión en 1977 (© AP Images)

El museo le enviará una carta a Melania Trump a principios de 2017 pidiéndole un atuendo para que esté representada en la colección.

“Le recordaremos que el público está continuamente fascinado con los vestidos del baile de toma de posesión”, dijo Graddy. “Cuando llega al museo, lo tratamos con guantes blancos y protocolos definidos sobre cómo puede y no puede ser tratado. Una vez que está aquí, es un tesoro nacional”.

La autora de este artículo es la redactora independiente Kathleen Murphy.