Eliminar minas y reconstruir vidas tras los conflictos

Una mujer con equipo de protección personal carga detectores de metal por una carretera (© Nader Daoud/AP Images)
Desminadores jordanos, apoyados por la agencia noruega de asistencia “Norwegian People's Aid” (NPA), trabajan cerca de la frontera entre Jordania y Siria en 2011. Estados Unidos colabora con la NPA y otros grupos para apoyar la recuperación tras conflictos en países de todo el mundo. (© Nader Daoud/AP Images)

Tras perder la pierna por una mina terrestre en la República Democrática del Congo en 2016, Justine Nabuko se preguntó si seguiría teniendo una vida con sentido. Sufrió discriminación y perdió su trabajo como maestra.

Ahora, como vicepresidenta de la asociación Victimes des Mines en Action, Nabuko ayuda a otros supervivientes de minas terrestres a recuperar su independencia. La organización, creada con el apoyo del gobierno de Estados Unidos, enseña carpintería, espíritu empresarial y otras habilidades para ayudar a los supervivientes de las minas antipersonales a encontrar empleo.

Una mujer con una prótesis en la pierna derecha sentada escribiendo en un cuaderno (Foto cedida por el “Polus Center”)
Justine Nabuko (Foto cedida por el “Polus Center”)

“Las personas con discapacidades pueden vivir vidas plenas y significativas, y ser valoradas, si se les da la oportunidad”, dice Nabuko en el 20 º informe anual del Departamento de Estado To Walk the Earth in Safety [(Caminar por la tierra a salvo), PDF, 19,6 MB en inglés] publicado el 5 de abril. “Ahora puedo llevar la cabeza alta porque estoy contribuyendo a mi familia y a mi comunidad”.

Estados Unidos es el mayor donante del mundo (en inglés) para la destrucción de armas convencionales en todo el mundo, aportando más de 4.000 millones de dólares a programas en más de 100 países desde 1993.

Solo en 2020, las contribuciones estadounidenses superaron los 259 millones de dólares y llegaron a esfuerzos en 49 países. Las organizaciones financiadas por Estados Unidos ayudaron a retirar minas y a asegurar mejor los arsenales de armas y municiones. Y proporcionaron asistencia como por ejemplo, prótesis o formación profesional, a los supervivientes.

La financiación también apoyó el trabajo para prevenir futuros desastres cerca del lugar de la explosión química del 4 de agosto de 2020 en un almacén de Beirut que dio muerte a más de 200 personas e hirió a miles más.

Mientras Nabuko apoya a los supervivientes de las minas terrestres en su país, hay mujeres de Colombia, Laos, Tayikistán y Bosnia y Herzegovina que están haciendo que sus comunidades sean más seguras mediante la remoción de explosivos, según el informe del Departamento de Estado.

Una mujer con equipo de protección personal en un terreno (Foto cedida por la agencia noruega de asistencia “Norwegian People’s Aid”)
Gulruhsor Zainalova (Foto cedida por la agencia noruega de asistencia “Norwegian People’s Aid”)

Gulruhsor Zainalova empezó a limpiar minas en Tayikistán en mayo de 2017. Zainalova, una viuda de 39 años que está criando a sus dos hijos, afirma que este peligroso trabajo le aporta satisfacción y oportunidades para su familia.

“Puedo mantener a mis hijos y mirar hacia su futuro y, al mismo tiempo, contribuir limpiando minas para la seguridad y el futuro de mi comunidad y mi país”, afirma Zainalova.