En un discurso en la Universidad de Columbia en 1954, el presidente Dwight D. Eisenhower observó que los estadounidenses son descendientes de “hombres y mujeres que se atrevieron a estar en desacuerdo con la doctrina aceptada”.
“Como sus herederos”, declaró el presidente, “nunca confundamos el desacuerdo sincero con la subversión desleal”.
Fue con ese espíritu que en 1971 el secretario de Estado William Rogers estableció un “canal de desacuerdo” para que los diplomáticos de Estados Unidos plantearan sus inquietudes políticas sin miedo de recibir castigos, represalias o recriminaciones. Al brindar un espacio seguro para los que estaban en desacuerdo, los dirigentes del Departamento aseguran que los empleados puedan manifestar sus cuestiones de conciencia y que los políticos se beneficien de una variedad de puntos de vista.
El canal fue utilizado ese primer año por empleados del Departamento que tenían preocupaciones sobre las políticas relativas a Pakistán. Por lo general, los diplomáticos registran unos pocos casos de disensión cada año.
Este año, algunos funcionarios de nivel medio utilizaron el canal para criticar la política de Estados Unidos sobre la crisis siria.
¿El resultado? El secretario de estado John Kerry se reunió con algunos de estos funcionarios para escuchar sus preocupaciones de primera mano. Sin represalias, sin castigos, solo un diálogo sincero.
Además del canal de desacuerdo, todos los años la Asociación del Servicio Exterior de Estados Unidos (AFSA) rinde homenaje a un funcionario que demuestra “el coraje intelectual para desafiar el sistema desde adentro, para cuestionar el statu quo y tomar una posición, sin importar la sensibilidad de la cuestión ni las consecuencias de sus acciones”.
En una nota en el Huffington Post (en inglés) y en un blog diplomático, el secretario de Estado adjunto Charles Rivkin expresa su orgullo por ejercer funciones en un departamento “que ha incorporado el desacuerdo constructivo como valor fundamental”. El premio de la AFSA lleva el nombre del padre difunto de Rivkin, William.
Si bien los disidentes no tienen ninguna seguridad de que sus puntos de vista prevalezcan, el Departamento toma en serio su derecho a plantear preocupaciones. De esta manera, no solo honra su propia tradición, sino que afirma lo que dijo una vez el presidente John F. Kennedy: “Sin debate, sin crítica, ninguna administración ni ningún país pueden tener éxito, y ninguna república puede sobrevivir”.