Cuando Samantha Elauf se presentó a una entrevista de trabajo para la tienda de ropa Abercrombie & Fitch en 2008, no sabía que su hijab no cumplía con las normas de vestimenta de la empresa.
El 1 de junio, el Tribunal Supremo de Estados Unidos determinó (en inglés) que el hecho de que la empresa no aceptara el pañuelo para la cabeza que ella usa en observancia de su fe musulmana violaba la legislación de derechos civiles de Estados Unidos.
La pregunta planteada ante el tribunal era si Elauf tenía la responsabilidad de pedir que se aceptara o si la empresa tenía la responsabilidad de proporcionar acomodo, independientemente de que fuera o no solicitado.

El tribunal determinó que la responsabilidad recaía en el empleador: “Un empleador no puede considerar la práctica religiosa de un candidato, ya sea confirmada o no, como un factor en decisiones de empleo”.
El Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964 prohíbe a un posible empleador negarse a contratar a un candidato para evitar una adaptación a prácticas religiosas que podría realizarse sin extrema dificultad.