Actividades cotidianas normales para la mayoría de la gente en el mundo pueden hacer que en Irán una persona acabe en la cárcel. El régimen arresta, tortura y sentencia habitualmente a personas por amenazas que percibe contra su ideología represora bajo el pretexto de “asamblea y confabulación contra la seguridad nacional” y “propaganda contra el estado”.
“Los estados normales no reprimen violentamente las protestas legítimas, encarcelan a sus propios ciudadanos o a los de otros países por delitos especiales, participan en tortura, o imponen graves restricciones a las libertades básicas”, dijo el secretario de Estado Mike Pompeo.
