Si los migrantes de todo el mundo constituyeran una nación, serían el quinto país más grande, con más de 232 millones de personas. Mantienen lazos con sus países de origen y sus nuevos países, y representan una fuerza para el desarrollo mundial, el conocimiento cultural y la innovación.
Del 11 al 17 de octubre, el Departamento de Estado celebra la Semana Mundial de la Diáspora (en inglés) para destacar cómo las comunidades en diáspora fortalecen la comunidad mundial en general. De hecho, pueden constituir las redes sociales más eficaces del mundo en términos de alcance global y de oportunidades comerciales. Las comunidades en diáspora son una importante fuente de comercio, capital, tecnología y conocimiento para los países de origen y destino. En la actualidad, las remesas mundiales alcanzar un total de más de 500.000 millones de dólares por año.

Estados Unidos posee la mayor cantidad de miembros venidos de todo el mundo, con más de 62 millones de inmigrantes de primera o segunda generación. Aparte de los indígenas de América del Norte, todos los habitantes de Estados Unidos tienen raíces inmigrantes. Algunas prósperas comunidades de diáspora de Estados Unidos son los etíopes, sij, cubanos y judíos de Bujará.
Hay más chinos que viven fuera de la China continental que franceses que viven en Francia. Y unos 22 millones de personas de origen indio se han establecido fuera de su país, en todos los continentes, por lo que representan la mayor comunidad en diáspora del mundo (en inglés), seguida por los mexicanos.
Algunos migrantes permanecen en sus nuevos hogares, mientras que otros estudian o trabajan durante un tiempo antes de regresar a sus países de origen. Y hay otros que continúan su viaje hacia un nuevo lugar. “No es necesario que la gente elija entre países”, dijo Kathleen Newland, del Instituto de Políticas de Migración, a la revista The Economist (en inglés). “Pueden tener un pie en cada país.”
¿Estás viviendo fuera de tu país de origen? ¿Qué desafíos y oportunidades estás descubriendo?