Los recientes acontecimientos trágicos en Líbano, Francia, Nigeria, y en otros lugares, continúan demostrando la necesidad de contar con una policía eficaz. Pero los ciudadanos de cada país también comparten el interés en lograr que la policía cumpla con el mandato de la ley y honre las libertades civiles, incluso cuando combaten el terrorismo.

Los oficiales de policía de diferentes países aprenden las destrezas que necesitan para lograr esas metas en la Academia Internacional de Policía (ILEA).

En 1995 el gobierno de Estados Unidos estableció las primera ILEA en Budapest (Hungría), para ayudar a los países de Europa Central y Oriental que emergían del comunismo a sostener el estado de derecho mientras se hallaban combatiendo a grupos del crimen organizado. El extitular de ILEA en Budapest, Miles Burden, recuerda que muchos jefes de policía recién nombrados “tenían mentalidad democrática” pero poca experiencia con las técnicas policiales que practican las democracias.

Ganar una ventaja

Además de la instalación original en Budapest, actualmente ILEA se encuentra en Botsuana, Tailandia, El Salvador y en Roswell (Nuevo México) en Estados Unidos. Se ha entrenado a más de 21.000 agentes encargados de aplicar la ley procedentes de más de 85 países.

Personas con guantes blancos examinan sobre una mesa los fragmentos de una explosión (FBI)
Usando técnicas forenses y otras, los estudiantes aprenden a encontrar evidencias luego de una explosión (FBI)

Cada promoción de ILEA incluye a unos 50 oficiales de tres o cuatro diferentes países. Durante siete semanas instructores de 16 organismos de Estados Unidos, incluyendo a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), junto a instructores de otros países participantes, cubren técnicas policiales en general y se da instrucción en temas especializados tales como:

  • Lavado de dinero.
  • Tráfico de fauna silvestre.
  • Combatir drogas ilícitas.
  • Detectar e investigar delitos financieros, incluyendo la falsificación.
  • Trata de personas
  • Delitos cibernéticos.

Aunque el programa de estudios central de ILEA se basa en los programas de entrenamiento para los oficiales de policía de Estados Unidos, la instrucción en ILEA no pretende aplicar las prácticas de Estados Unidos en otros países. Se trata de compartir conocimientos y técnicas que pueden ayudar a países con diferentes sistemas de justicia penal.

Persona examina un billete con un microscopio (FBI)
El Servicio Secreto de Estados Unidos enseña aspectos de la falsificación, mientras que otras agencias encargadas de aplicar la ley ofrecen instrucción en temas que van desde la corrupción pública al antiterrorismo (FBI)

“Los profesionales de aplicación de la ley de Estados Unidos no están aquí para hacer labor de mercadeo”, dice el coronel de policía István Farkas, que supervisa al personal húngaro en ILEA Budapest. “Lo que hacen es transferir auténticos conocimientos”.

La instrucción formal es solamente parte de la experiencia ILEA. También es crucial cómo aprenden los estudiantes entre ellos al intercambiar prácticas óptimas e ideas. “El punto más importante de la toda la red de ILEA es hacer contactos, llegar a conocer a esta gente”, dijo un participante reciente.

Manual, micrófono y vaso de agua en una mesa de conferencias (FBI)
Los lingüistas de ILEA pueden interpretar hasta cuatro idiomas simultáneamente durante las sesiones de clase (FBI)

Las oportunidades de hacer contactos son enormes en ILEA, y la amistad entre colegas de diferentes países puede durar toda la vida. “Nuestras aulas parecen una mini Naciones Unidas”, dice John Terpinas, director de ILEA Budapest. “Ayudamos a los participantes a ser mejores oficiales de policía, mejores fiscales y mejores jueces al darles la oportunidad de ver cómo otros confrontan desafíos globales”.

Las relaciones establecidas en las aulas de ILEA son claves para combatir el delito internacional. Un egresado de ILEA dijo que “los criminales no se detienen en nuestras fronteras, por ello tampoco nosotros nos debemos detenernos ahí”.

El exdirector del FBI Louis Freeh coincide: “Ningún país por su cuenta, no importa cuán fuerte sea, puede enfrentar solo toda esa delincuencia con la esperanza de tener éxito”.

Personas recolectan y revisan las evidencias de una explosión, la policía detrás graba los actos (© AP Images)
Recolectando evidencias en el sitio de una explosión en Abuja, Nigeria (© AP Images)