Bueno, no es tan sencillo, pero los científicos trabajan arduamente para hallar maneras en que la arquitectura pueda neutralizar las peores variedades de la contaminación del aire. Innovaciones de alta tecnología con el uso del dióxido de titanio (TiO2) permiten a los constructores ecológicos contar con nuevas herramientas. Mientras lee este artículo un hospital barnizado con TiO2 está devorando el esmog en la Ciudad de México, y puede ser que lo mismo ocurra pronto en un edificio cerca de usted.

El hospital Manuel Gea González limpia el aire que lo rodea. (Alejandro Cartagena/Elegant Embellishments)

El hospital Manuel Gea González de la Ciudad de México es un proyecto emblemático de la empresa arquitectónica con sede en Berlín Elegant Embellishments, que fabricó un sistema de losas decorativas con TiO2, diseñadas para absorber la contaminación del aire. Allison Dring, la arquitecta estadounidense y codirectora de Elegant Embellishments explica cómo funciona en su charla TEDx (en inglés). Los módulos articulados facilitan la circulación del aire por superficies que permiten al TiO2 la máxima oportunidad de funcionar. Combinar la química para el cepillado del aire con un diseño agradable “para hacer a los ambientes mejores a un nivel molecular” es la misión de Dring y su socio diseñador Daniel Schwaag.

Ya empleado en el blanqueo de protectores solares y pintura, el TiO2 fue utilizado en la arquitectura por primera vez cuando el fabricante de cemento Grupo Italcementi elaboró hace una década un cemento que se limpiaba solo. Poco después el descubrimiento de que el TiO2 también limpiaba el aire, amplió su potencial para su uso en la industria de la construcción ecológica.

¿Cómo funciona?

El TiO2 es fotocatalítico, lo que significa que se activa cuando recibe la luz solar. La luz ultravioleta estimula la interacción entre el TiO2 y los contaminantes dañinos tales como los óxidos de nitrógeno (NOx) [monóxido y dióxido de nitrógeno (NO + NO2 = NOx)] y partículas, convirtiendo los gases contaminantes y la materia orgánica en componentes más benignos.

(1) La luz del sol da en una superficie tratada con dióxido de titanio (TiO2), que se energiza con la luz ultravioleta. (2) El TiO2 interactúa con los gases contaminantes y las partículas. (3) Estos se hacen menos perjudiciales. (Depto. de Estado/Doug Thompson) 

Otra aplicación, elaborada y puesta en el mercado por Alcoa Inc., es un laminado a partir de TiO2 que se usa para el pegamento entre paneles de aluminio. Alcoa dice que sus paneles EcoClean™ con Reynobond® (en inglés) no solamente limpia el aire a su alrededor, sino el propio edificio al permitir que los contaminantes se laven mejor con las lluvias.

Otras maneras de ser ecológico en la ciudad

Por su parte, los científicos de la Universidad de of California (Riverside), están probando unas tejas contra el esmog (en inglés), y en Holanda están regando las carreteras con TiO2 (en inglés) con resultados interesantes, como es la reducción de la contaminación del aire en un 45 por ciento.

Las tejas pintadas con dióxido de titanio pueden ayudar a mejorar la calidad del aire. (©photowind/Shutterstock)
Las tejas pintadas con dióxido de titanio pueden ayudar a mejorar la calidad del aire. (©photowind/Shutterstock) 

Estas soluciones son prometedoras, y la mejor calidad del aire es buena, aunque existen preocupaciones. En la fabricación del dióxido de titanio se producen sustancias peligrosas y se precisa más investigación sobre las escorrentías de agua de los edificios cubiertos con TiO2, así como sobre los posibles efectos en la salud de las nanopartículas de TiO2.

Sin embargo, a medida que continúan los experimentos con TiO2 y otros materiales absorbentes de la contaminación, como el carbón biológico o “biochar” (en inglés) fabricado con materia orgánica quemada (biomasa), los constructores ecológicos tienen bases firmes para éxitos en el futuro.