
El Bazar de Cox, un distrito en la costa de Bangladés, alberga al campamento de refugiados más grande del mundo. También se ubica directamente en la senda de algunos de los peores monzones del mundo, colocando en peligro a la gente que vive allí, más de dos millones de bangladesíes y casi un millón de musulmanes rohinyá; debido a la posibilidad de inundaciones y derrumbamientos.
La temporada de monzones de este año terminó en octubre sin que los campos de refugiados y las comunidades anfitrionas sufrieran destrozos graves. Ello se debe en gran parte a la labor de Estados Unidos y apoyo a las agencias de las Naciones Unidas y a ingenieros que trabajaron las 24 horas para reforzar las carreteras, construir canales y estabilizar las pendientes peligrosas.

La población del campo depende de la ayuda humanitaria para casi todos los aspectos de su vida, entre ellos los alimentos, el agua, la educación, los cuidados de salud y el albergue.
“Realmente sentí profundamente el alcance y la enormidad de la crisis de los refugiados rohinyá”, dijo Alice Wells, importante funcionaria del Departamento de Estado que recientemente viajó a esa región. “Quiero destacar que Estados Unidos está comprometido en ayudar” y resolver esta emergencia. Estados Unidos ya ha dotado más de 346 millones de dólares en ayuda humanitaria a Bangladés desde el estallido de la crisis en agosto de 2017.
¿Por qué están ahí los rohinyá?

Los rohinyá están en los campamentos de Bazar de Cox porque se vieron obligados a escapar de sus viviendas al oeste de Birmania. En agosto de 2017, luego de los mortíferos ataques de militantes, “las fuerzas de seguridad respondieron lanzando una aborrecible limpieza étnica de los rohinyá en Birmania”, dijo el secretario de Estado Mike Pompeo en el mes de agosto un año después de los ataques. “Estados Unidos seguirá exigiendo a los responsables que rindan cuentas”.
El vicepresidente Pence dijo en su reunión de noviembre con la consejera de Estado de Birmania, Aung San Suu Kyi, “que la violencia y la persecución desatada por los militares y los vigilantes que resultó en la fuga de 700.000 rohinyá a Bangladés no tiene justificación”.
La mayoría de los rohinyá son musulmanes mientras que en Birmania el 90 por ciento de la población es budista. El gobierno birmano no reconoce a los rohinyá entre las muchas minorías étnicas del país y tanto su libertad de movimiento como su acceso a los servicios en el estado de Rakhine están gravemente limitados.
Una población en peligro
El tamaño de la crisis, así como la velocidad con que ocurrió, ha provocado una grave situación. Los albergues construidos rápidamente, levantados en terreros frágiles hacían que los recién llegados se vieran en peligro ante las inundaciones y derrumbamientos durante la temporada de monzones.
La comunidad internacional pronto salió en su ayuda para evitar los peligros, construyendo y reparando más de 55.000 metros cuadrados de caminos para mantener libre el acceso al campamento. Los equipos internacionales también cavaron y limpiaron más de 271.000 metros cuadrados de nuevos desagües y otros ya existentes para evitar las inundaciones y derrumbamientos.

“Durante la temporada de monzones hemos movilizado a unos 350 trabajadores locales y refugiados para mantener abiertos los accesos en los caminos y los desagües en los senderos”, dijo Damon Elsworth, encargado de operaciones en un equipo de ingeniería. “Las mejoras en los accesos significan una mejor seguridad, oportunidades y servicios para las familias que viven aquí”.
Resolver la crisis
Estados Unidos apoya los esfuerzos de Bangladés para resolver la crisis y ha urgido a Birmania a investigar las atrocidades y habilitar las condiciones para permitir la repatriación de los refugiados de manera segura, digna y voluntaria.
Principal Deputy Assistant Secretary Alice Wells is visiting refugee camps sheltering nearly one million #Rohingya in Bangladesh. The photos are from #Kutupalong camp in Cox's Bazar. pic.twitter.com/HLbv4l1F0P
— U.S. Embassy Dhaka (@usembassydhaka) October 23, 2018
Tuit:
Embajada de Estados Unidos Daca @usembassydhaka
La principal vice secretaria adjunta Alice Wells está de visita en los campamentos de refugiados que albergan a casi un millón de #rohinyá en Bangladés. Las fotos del campamento de #Kutupalong en el Bazar de Cox.
12:07 horas – 23 de octubre de 2018
(Enlaces en inglés)
“Estados Unidos está orgulloso de liderar la ayuda que salva las vidas de las personas desplazadas, de los refugiados y de las comunidades de acogida en Birmania y Bangladés”, dijo la embajadora de Estados Unidos Nikki Haley ante las Naciones Unidas, en septiembre.
Wells, del Departamento de Estado, declaró que “el desplazamiento forzado de los rohinyá requiere una solución política” en Birmania. Mientras tanto “personalmente quiero agradecer al gobierno y al pueblo de Bangladés por su constante generosidad al responder ante la crisis humanitaria y por sus esfuerzos para hacer que la ayuda llegue a las poblaciones afectadas”.