Hace cien años la Revolución Bolchevique en Rusia puso en marcha el primer estado comunista del mundo. Muchos otros lo siguieron, tratando a los seres humanos como herramientas con las cuales forjar sociedades “utópicas”. En el proceso, más de cien millones de personas inocentes perecieron a lo largo de esos años. Estados Unidos recordó el aniversario de la revolución comunista original declarando este mes el Día Nacional para las Víctimas del Comunismo.

“Recordamos a quienes murieron y a todos quienes siguen sufriendo bajo el comunismo. En su memoria … nuestra nación reitera su determinada dedicación a poner la luz de la libertad al alcance de todos quienes ansían un futuro más brillante y más libre”, dijo el presidente Trump en una declaración.

En noviembre de 1917, los bolcheviques, una facción minoritaria conducida por Vladimir Lenin expulsó al gobierno más moderado que había acabado con siglos de mandato imperial ruso, al derrocar al zar Nicolás II de Rusia. En 1922, luego de una guerra civil, los bolcheviques crearon una nueva nación: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Hombres, mujeres y niños con ropa ordinaria marchan en grupo, con herramientas agrícolas en las manos y una bandera (© Bettmann/Getty)
Granjeros colectivizados marchan a los campos en un pueblo de Rusia, en 1931. (© Bettmann/Getty)

Desde el principio en la nueva Unión Soviética la policía secreta puso en marcha una campaña con ejecuciones masivas en contra de la oposición en su intento de aplastar la independencia y librar a la sociedad de las diferentes clases. Las matanzas siguieron bajo José Stalin, que sucedió a Lenin como líder soviético. Este ejecutó a cientos de miles de campesinos y nacionalizó sus propiedades para crear granjas manejadas por el Estado. Otros millones de ciudadanos perecieron en la hambruna manipulada por Stalin para poder someter a la gente.

La policía secreta de Stalin mató a ciudadanos y a sus potenciales rivales políticos, con resultado de más de 600.000 muertes. Stalin también deportó o apresó a otros millones en campos de concentración llamados gulags.

El comunismo se difunde

Luego de la Revolución Bolchevique se establecieron otros regímenes comunistas en China, Camboya, Cuba, Laos, Corea del Norte y Vietnam. Muchos países europeos liberados del mandato nazi por el Ejército Rojo en la Segunda Guerra Mundial fueron obligados a instalar un régimen comunista.

En el siglo pasado los ciudadanos de los estados comunistas padecieron deportaciones masivas, campos de trabajos forzados, el terror de policías estatales y hambrunas, a medida que los regímenes aplastaban las libertades y reprimían la individualidad.

Huesos amontonados con una calavera con los ojos tapados arriba (© Alex Bowie/Getty Images)
Restos excavados en campos de matanzas fuera de Nom Pen, donde los camboyanos fueron ejecutados por los jemeres rojos y enterrados en fosas comunes. (© Alex Bowie/Getty Images)

“Esos movimientos, bajo la falsa promesa de la liberación, robaron sistemáticamente a la gente inocente de sus derechos otorgados por Dios, la libertad de credo, la de asociación, y otros innumerables derechos que para nosotros son sacrosantos”, dijo Trump en la declaración que establece el 7 de noviembre como Día Nacional de las Víctimas del Comunismo.

“Los ciudadanos que ansiaban la libertad fueron subyugados por el estado por medio de la coerción, la violencia y el miedo”, dijo.

 

Soldados y personas parados frente a una apertura en un muro de concreto (© AP Images)
Guardias fronterizos de Alemania Oriental miran por un espacio abierto en el Muro de Berlín, luego que los manifestantes le arrancaran un segmento en la Puerta de Brandemburgo en 1989. (© AP Images)

Hace poco la Fundación para Conmemorar a las Víctimas del Comunismo entregó la Medalla de la Libertad Truman-Reagan, designada con el nombre de los que fueran presidentes de Estados Unidos Harry Truman y Ronald Reagan. El premio anual distingue a las personas e instituciones que promueven la libertad y la democracia y siguen luchando contra el comunismo y otras formas de tiranía.

“Felizmente esta noche podemos celebrar el hecho que en 1989 el Telón de acero fuera derribado y cientos de millones de personas, naciones enteras, fueran liberadas”, dijo Marion Smith, directora ejecutiva de la fundación, en referencia al muro entre occidente y los países comunistas del centro y este de Europa. “Los estadounidenses  y otros en el mundo libre pueden sentirse orgullosos por el hecho de que nuestros países hayan tenido un papel indispensable al confrontar, contener y arrinconar el imperialismo comunista”.

La autora de este artículo es la redactora independiente Lenore T. Adkins.