Estados Unidos y Europa abordan desafíos a la salud juntos y por medio de la tecnología

Un monitor muestra una placa de rayos X en un hospital (© AP Images)
Una enfermera habla con una madre y su hijo en un hospital de Pittsburgh que mantiene los expedientes médicos en formato electrónico, lo que permite a los médicos estudiar las placas de rayos X a distancia. (© AP Images)

Imagina que a un turista nada más llegar a su destino en el extranjero lo atropelle un autobús, quede inconsciente y lo lleven a un hospital. Los doctores y enfermeros/as conocen el nombre en su pasaporte pero no saben nada de su historial médico, sus alergias a medicamentos u otras condiciones particulares.

Pero… ¿y si su expediente médico electrónico pudiera ser fácilmente accesible antes de someterle a una operación quirúrgica? ¿y si los códigos y terminología médicos recopilados en un país pudieran cotejarse con lo que los doctores apuntaron en otro?

Este es el objetivo de un ambicioso proyecto electrónico de salud (“eHealth”, en inglés) que Estados Unidos y la Unión Europea iniciaron en 2010. La primera etapa terminó el pasado año y se espera que el trabajo continúe pronto en la elaboración de una hoja de ruta (en inglés) para impulsar la cooperación transatlántica electrónica en materia de salud entre gobiernos, organismos de normas internacionales, compañías de sanidad y empresarios.

Por ahora los equipos de la hoja de ruta se han concentrado en lograr hacer resúmenes individuales de salud (con acceso controlado por el paciente). También han trabajado en la mejor manera de reclutar y capacitar al personal necesario para hacer que los intercambios electrónicos de salud funcionen con eficacia.

Sin embargo se considera que en el futuro los resultados de esta cooperación electrónica de salud a través del Atlántico serán incluso mayores. Los fabricantes de artefactos médicos pueden llegar a nuevos mercados más rápidamente si los países se suscriben a las mismas normas y reglamentos.

En última instancia, los países se enfrentan a las dificultades planteadas por una población envejeciente y más personas que viven con enfermedades crónicas, la esperanza es que el proyecto electrónico de salud conocido en inglés como “eHealth” haga llegar a los usuarios mejores cuidados y a precios más económicos. El componente “eHealth” ya está ayudando a las compañías farmacéuticas a abarcar más pacientes para pruebas clínicas de medicamentos que podrían salvar vidas.

Los brotes de ébola y zika subrayan la urgencia

La colaboración entre Estados Unidos y la Unión Europea pretende hacer que el intercambio de expedientes médicos sea ininterrumpido (el término técnico que emplean para esta característica es que sean “interoperativos”), a la vez que se protege la privacidad. De momento se ha centrado en signos vitales, resultados de laboratorios y otras informaciones que son las más importantes para los resúmenes de los pacientes internacionales.

Expertos gubernamentales dicen que los brotes de ébola y zika subrayan la urgencia del mundo real para la cooperación internacional en lo que se refiere a datos de salud.

Joris VanDam, científico de computación de Novartis e investigador farmacéutico, dijo que la adopción del sistema “eHealth” ha sido “extremadamente lenta”. Considera que los problemas no radican en los protocolos informáticos sino en los obstáculos de los reglamentos que regulan este campo y en la reticencia de los centros médicos académicos a compartir datos. “No quieren que nadie más conozca datos sobre los pacientes a los que tratan”.

En cualquier caso, “eHealth” es una alta prioridad para los sectores público y privado. El Departamento de Comercio de Estados Unidos que fomenta la prioridad de las exportaciones de dispositivos médicos y productos farmacéuticos también tiene un papel importante para que se logren normas internacionales comunes. “La interoperatividad impulsa la creatividad, el espíritu empresarial y la innovación”, dijo el especialista en comercio internacional Matthew Hein.