Exalumna del programa AWE del Depto. de Estado de EE. UU. crea en Costa Rica el negocio de sus sueños

Para Hazel Naranjo dirigir su propio negocio de construcción y accesorios del hogar ha significado aprender a navegar en un mundo masculino.

Por medio de la Academia para Mujeres Empresarias (AWE) en Costa Rica, un programa del Departamento de Estado de Estados Unidos, Naranjo conoció a muchas otras mujeres que dirigen sus propios negocios y aprendió las destrezas que le ayudarían a superar los desafíos que tenía por delante, incluyendo los perjuicios económicos provocados por la pandemia de COVID-19.

Comentó que el entorno del mundo de la construcción en general está dominado por hombres, pero en AWE conoció a muchas mujeres empresarias y aprendió que no estaba sola como mujer empresaria.

Hazel Naranjo (Foto cedida por Hazel Naranjo)
Naranjo afirma que la Academia para Mujeres Empresarias le enseñó a manejar su negocio más eficientemente. (Foto cedida por Hazel Naranjo)

Naranjo es una de las 200 mujeres empresarias en Costa Rica que han sido empoderadas por AWE desde 2019. Este programa de intercambio del gobierno de Estados Unidos les ofrece a las mujeres el conocimiento, los contactos y el acceso que precisan para establecer y hacer crecer un negocio. Más de 16.000 mujeres procedentes de 80 países han participado en el programa.

Naranjo estableció en 2014 su negocio, Kay Concept, tras haber pasado años diseñando aplicaciones ornamentales de construcción, molduras, baldosas de mosaico y otros elementos accesorios para los constructores de casas. Siendo madre alrededor de los 40 años, determinó que trabajar para otros le quitaba demasiado tiempo para estar con su hija.

Al comienzo Naranjo trabajaba desde su casa con una computadora, apoyándose en su conocimiento de la industria y sus contactos empresariales logrados en 20 años en el diseño de interiores. Su primera orden fue una partida de losas de cemento y materiales de construcción exportados a Panamá.

Tres personas mirando macetas grandes (Foto cedida por Hazel Naranjo)
El deseo de Naranjo de pasar más tiempo con su hija la impulsó a abrir su negocio para la venta de accesorios para la construcción. (Foto cedida por Hazel Naranjo)

En los cinco años siguientes el negocio de Naranjo creció. Compró maquinarias, alquiló espacio y contrató a 15 empleados. Sin embargo, Naranjo se dió cuenta que tenía mucho que aprender. Comentó que aunque tiene un título de diseñadora, esa formación no enseña nada sobre la administración de un negocio.

En 2019 se anotó en AWE. Aprendió a diseñar un plan de negocios y a que muchas veces menos es más. En lugar de producir cientos de diferentes tipos de mosaicos, molduras y macetas de cerámica, redujo su línea de producción. Explicó que AWE le ayudó a concentrarse en el producto principal de su marca, que son las losas y a aprender a cómo mercadear mejor sus productos de marca lo que le permitió ganar más dinero en su negocio, según dijo.

También aprendió a no tomar su modelo de negocios como algo estático. Cuando apareció la pandemia de COVID-19 las ventas cayeron en un 30 % en el año 2020. Pero Naranjo reajustó su modelo de negocio, lo mantuvo abierto y siguió pagando a sus empleados. Pagó a los artesanos que trabajan para ella, pues según ella si uno tiene una familia esta no puede sobrevivir sin un salario.

Tres personas creando diseños para las losetas (Foto cedida por Hazel Naranjo)
AWE enseñó a Naranjo a mejorar su negocio de accesorios para la construcción dedicándose a las losetas de cerámica que se convirtieron en su principal producto. (Foto cedida por Hazel Naranjo)

En mayo, Naranjo y otras 15 mujeres empresarias se reunieron en Costa Rica con la primera dama de Estados Unidos Jill Biden para compartir sus experiencias con AWE y con otros programas de intercambio de Estados Unidos. Naranjo comentó que el encuentro fue tanto motivador como un reconocimiento a los logros de las mujeres; y explicó que aunque siempre se tiene miedo a la incertidumbre y siempre hay gente que dice que no es posible hacer algo, ella piensa que uno debe seguir realizando el sueño que se tiene en el corazón porque el corazón es certero.

Una versión de este artículo (en inglés) fue previamente publicada por la Oficina de Asuntos Educativos y Culturales del Departamento de Estado.