Exposición explora el papel del gato en el antiguo Egipto

Cuatro mil años antes de que los videos dedicados al gato se impusieran en Internet, los grandes gatos salvajes y sus primos domésticos más pequeños gozaban del estrellato en el antiguo Egipto. Los felinos estaban asociados a las deidades y admirados por su gracia y belleza.

Estatua de una esfinge con dos serpientes (©Instituto Smithsoniano )
Esfinge de bronce, de entre 945 – 712 a.C., muestra al rey Tutu. Como guardián del destino, Tutu está rodeado de cobras y tiene cuerpo de león, cabeza de rey y cola de serpiente. (©Instituto Smithsoniano )

La exposición en la Galería Arthur M. Sackler, en el Instituto Smithsoniano, en Washington, explora el significado del gato en la vida religiosa, social y política en la muestra denominada Felinos divinos: Gatos en el Antiguo Egipto.

Gato momificado alto (©Instituto Smithsoniano)
Gato momificado (©Instituto Smithsoniano)

La exposición consiste en 81 artefactos del Reinado medio en Egipto (2008 – 1630 a.C.) hasta el período bizantino (395 – 642 d.C.), que van de estatuas a sarcófagos y amuletos, e incluso un gato momificado.

Felinos divinos, organizado por el Museo de Brooklyn, asocia los rasgos felinos: destreza para cazar, ferocidad y capacidad de ver en la oscuridad, ser juguetón y atento cuidador de sus cachorros, a las divinidades egipcias. Esos rasgos, algunas veces opuestos, revelan la dualidad que refleja la visión que los antiguos egipcios tenían del mundo.

El dios sol Re y varias diosas relacionadas aparecen en forma de gatos y leones, un gesto al hábito felino de disfrutar la luz del sol.

El león, emblema de la fuerza, era ligado tanto a la realeza como a la divinidad entre los egipcios. La muestra de los Felinos divinos presenta varios objetos que vinculan al león con el reinado, por ejemplo un escarabajo decorado con figuras que “hablan de la historia de un rey cazando leones, para simbolizar el control y la conquista”, dijo la curadora Antonietta Catanzariti.

Los reyes viajaban con ornamentos relacionados al león y adoran a la diosa Sejmet, que tenía cabeza de león. Dado que el león vivía en los márgenes del desierto, explicó Catanzariti “los egipcios creían que ellos protegían las fronteras de Egipto con el mundo externo”.

Modelo escultural de un león caminando (©Instituto Smithsoniano)
Tallado en piedra caliza, modelo escultural de un león avanzando a pasos, fechado entre 664 a 630 a.C. (© Instituto Smithsoniano)

Los amuletos daban protección también. Con frecuencia mostrando gatos o a diosas en forma de gato, eran utilizados por personas de toda clase social y hallados en casi todas las viviendas.

Uno de los tesoros más fantásticos en la muestra es una pequeña estatua de bronce, con la figura de un gato y sus cachorrillos.

Escultura de un gato con sus cachorros (©Instituto Smithsoniano)
Esta escultura de bronce está fechada entre 664 a 630 a.C. La base de madera lleva una inscripción pidiendo a la diosa Bastet el don de la vida. (©Instituto Smithsoniano)

La gata madre representa a la diosa Bastet, vinculada a la fertilidad y a tener hijos. En su representación las cualidades protectoras del gato son evocadas vivamente, junto al afecto que los antiguos egipcios sentían por los animales que querían.