En una carta abierta (en inglés) a los líderes mundiales, a las organizaciones de derechos humanos y a los medios de comunicación, las familias de seis rehenes políticos retenidos en Irán piden a todos los gobiernos que ayuden a lograr la liberación de sus seres queridos.

“Venimos de muchos países, con diferentes antecedentes y perspectivas, pero nos hemos unido para venir ante ustedes como una sola voz”, dijeron en su carta del 3 de diciembre los familiares de los ciudadanos de doble nacionalidad y los extranjeros hechos rehenes en Irán.

Las familias se han reunido entre sí y con funcionarios de las Naciones Unidas para compartir las sorprendentes similitudes de cada uno de los casos de sus seres queridos, incluidas las largas penas de prisión con cargos falsos de espionaje, confesiones forzadas bajo tortura y abusos físicos y psicológicos severos mientras estaban en prisión. Ninguno ha recibido un juicio justo.
“Cada historia no es sólo un caso de detención arbitraria, sino que las autoridades iraníes han tomado medidas deliberadas y utilizado tácticas para conseguir fichas de negociación”, escribieron las familias.
Hacer rehenes ha sido una característica constante y despreciable del régimen iraní durante décadas. Los extranjeros que van a Irán a trabajar, estudiar o visitar a sus familias son objetivos frecuentes del régimen, que los ve como oportunidades para obtener dinero o cambios de política de los gobiernos.
Desde que el ciudadano estadounidense Bob Levinson fuera secuestrado en Irán en 2007, más de 50 personas con alguna conexión con una potencia occidental han sido hechas rehenes por las autoridades iraníes, y hasta 20 continúan siendo rehenes en Irán, escribieron las familias.

“Por favor, únase clara e inmediatamente con nosotros para decirle al gobierno de Irán que este comportamiento ya no será aceptado y que debe terminar ahora”, concluye la carta. Está firmado por las familias de Robert Levinson, Nizar Zakka, Saeed Malekpour, Kamran Ghaderi, Ahmad Reza Djalali y Baquer y Siamak Namazi, “y por las muchas más familias que permanecen en silencio por temor a perjudicar la seguridad de sus seres queridos”.
La embajadora estadounidense Nikki Haley calificó la práctica iraní de tomar rehenes como “otro ejemplo de las violaciones de Irán a las normas internacionales”.
“Irán inventó razones para poner a estas personas inocentes en la cárcel y dejarlos ahí sin saber hasta cuándo y sin que puedan entablar un proceso judicial justo”, dijo al publicarse la carta de las familias. Los rehenes “deben ser liberados inmediatamente y ser devueltos a sus familias. No descansaremos hasta que esto ocurra”, dijo Haley.