
Casi desde la aparición de las películas, los aspirantes de todo el mundo a dirigir cine han buscado y logrado el éxito en Hollywood. Incluso cuando la industria cinematográfica de Estados Unidos envía éxitos de taquilla a las salas de cine de otros países, las películas en sí mismas reflejan el talento y la sensibilidad de habilidosos profesionales procedentes de todos los rincones del mundo.
En la década de 1920 estrellas como el inglés Charlie Chaplin, el italiano Rodolfo Valentino y la sueca Greta Garbo dejaron su huella; y pronto otros talentos internacionales, delante y detrás de la cámara, siguieron esos pasos.
Directores europeos de cine, como Alfred Hitchcock, de Inglaterra; Billy Wilder y Fred Zinnemann, de Austria y Fritz Lang, de Alemania, llegaron a Hollywood en las décadas de 1930 y 1940, dando lugar al género del cine negro, dramas sobre crímenes que combinaban la sórdida trama de las novelas policiacas de Estados Unidos con la estética de las películas europeas, dice Tom Blomquist, escritor, productor y director afiliado a la Universidad Estatal de California en Long Beach.

“La narrativa al estilo de Estados Unidos es popular por la permanente acción que muestra”, explica Blomquist, aunque las propias películas frecuentemente son producciones internacionales.
Por ejemplo la película “12 años de esclavitud” (2013), ganadora del Óscar fue dirigida por el inglés Steve McQueen y cuenta con la actriz estrella de origen mexicano y keniana Lupita Nyong’o, el actor de origen alemán e irlandés Michael Fassbender y el actor de origen nigeriano e inglés Chiwetel Ejiofor.

Luego viene “Birdman” (“Birdman” o “La inesperada virtud de la ignorancia”), que ganó el Oscar en 2014 dirigida por Alejandro González Iñárritu, de México. Iñárritu dirigió el equipo que escribió el libreto, junto con Nicolás Giacobone y Armando Bó (ambos de Argentina) y Alexander Dinelaris Jr. (el único estadounidense). Emmanuel Lubezki, de México, fue el cinematógrafo.

Actualmente casi el 70 por ciento de los ingresos de taquilla llega a Hollywood desde los mercados internacionales y la prominencia de actores y directores internacionales va en aumento en Los Ángeles. Los estudios saben que hacer cine para los públicos globales significa adoptar una perspectiva mundial para elegir al elenco de actores, guionistas e incluso la localidad para la filmación.
Afortunadamente para la industria del entretenimiento “las escuelas de arte y de cine están llenas en Los Ángeles con estudiantes internacionales, y todavía no he encontrado uno que no quiera quedarse aquí”, dice Blomquist.
Hacerse conocer: La trayectoria de un hombre
Asistir a una de las principales escuelas cinematográficas de Estados Unidos es un buen primer paso para hacer carrera en Hollywood, como es el caso del director cinematográfico Carlos González.
Nacido en Venezuela, González estudió arquitectura en la Universidad de Miami, y tomó clases electivas de cine durante su último año de estudios. “Me entró el gusto del cine, y decidí que eso es lo que quería hacer”, cuenta.
Un cortometraje que González hizo siendo estudiante le llamó la atención al editor cinematográfico Ralph Rosenblum. “Me contrataron para trabajar en escenarios cinematográficos y elaborar diseños de ambientes”, recuerda González.
Luego de recibirse como arquitecto trabajó en unas pocas otras películas, antes de obtener su maestría en cinematografía en el Instituto del Cine de Estados Unidos en Los Ángeles. La película que utilizó como tesis para la maestría, “The Last Breeze of Summer” (La última brisa del verano), que trata sobre la desegregación escolar en Texas durante la década de 1950, fue nominada para un óscar como mejor cortometraje en 1992.
La nominación le abrió puertas y desde hace casi 25 años González ha estado siempre trabajando en el cine y la televisión.

“Hice mi primera película principal a los 26 años, como cinematógrafo en “South Beach”, una película de acción con Peter Fonda y Gary Busey”, dijo. “En los últimos cinco años he hecho principalmente televisión, que se ha convertido en el pan y mantequilla de la industria”.
Sus créditos como cinematógrafo y director incluyen series televisivas como “The New Normal” (La nueva normalidad) y “Switched at Birth” (Intercambiados al nacimiento). Actualmente se halla en España filmando una miniserie sobre un viaje en el tiempo al viejo Oeste.
“Muchos de los cinematógrafos exitosos son extranjeros. Hay la percepción que uno trae un punto de vista diferente, interesante”, dijo González.
Tener acento [extranjero] al hablar [inglés] puede ser una limitación para el actor, agrega. Hay más oportunidades de trabajo en la producción y la dirección.
“Si el talento existe, entonces lo puedes lograr. Se necesita mucha perseverancia y la actitud correcta”, afirma.
Sin embargo “no tiene nada de glamoroso”, advierte. “En general se trabaja entre 60 y 70 horas a la semana, a veces en condiciones terribles. Hay mucha presión para conseguir resultados a tiempo, no sobrepasarse en el presupuesto. Hay mucho dinero en juego”.
Blomquist coincide: “Tienes que saber cómo se hace el trabajo y tener una sólida ética laboral. Es mejor que vayas dotado con un alto nivel de habilidad y ser muy experto”.
Dónde comenzar
En la Universidad Estatal de California en Long Beach (Cal State Long Beach), entre cuyos exalumnos figura el director Steven Spielberg y el actor comediante Steve Martin, los estudiantes se preparan con mucho rigor para hacer carrera en la industria “ya sea en Hollywood o en la industria del cine y la televisión en cualquier parte”, dijo Blomquist.
Como otra de las principales escuelas de cine en Estados Unidos la de Cal State Long Beach acoge bien a los estudiantes internacionales cada año por medio de programas de intercambio. El programa también les permite a los estudiantes de Estados Unidos pasar uno o dos semestres en escuelas asociadas en Alemania, el Reino Unido, Italia, España y China, dice Sharon Olson, directora de la oficina de Educación en el Extranjero en el Centro de Educación Internacional de esa universidad.

Estudiar en una escuela de cine en Los Ángeles o en su zona tiene ventajas claras, según Blomquist. Los estudiantes aprenden con profesores que tienen carreras profesionales en el cine y la televisión. “Tú puedes estar estudiando diseño del sonido con alguien que haya trabajado en el éxito taquillero ‘El origen’ (‘Inception’)”.
Hacer contactos con gente de la industria es vital, y para quienes no son ciudadanos de Estados Unidos hacer carrera en Hollywood también significa conseguir un visado de trabajo en Estados Unidos. También es necesario inscribirse en un sindicato, porque la industria del entretenimiento está fuertemente sindicalizada.

Blomquist cita a dos antiguas estudiantes, una mujer de Japón que trabajó como asistente de edición de cine y a una mujer de Noruega que trabajó para una productora, que actualmente prosperan en California. El hizo algunas llamadas telefónicas para respaldarlas, para persuadir a los amigos en la industria de que les dieran una oportunidad, y gracias a sus habilidades cerraron los tratos.
Hay que estar listo para absorber las críticas y para tomar la iniciativa, aconseja Blomquist: “Hay que tocar a muchas puertas y mostrarse”.
Por su parte, González reitera en la necesidad de persistencia, talento y una disposición mental para trabajar en equipo. “Hollywood acaba encargándose de uno, si uno se mantiene firme”.
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