Cuando se trata de hacer una diferencia, no es necesario que las empresas sean enormes. Estos finalistas del Premio del Secretario de Estado a la Excelencia Corporativa 2015 (en inglés) comenzaron con empresas pequeñas y lograron el éxito ayudando a que trabajadores y comunidades consiguieran una vida mejor.
Runa

¿Has escuchado alguna vez hablar de “guayusa”?
Esta planta rica en cafeína que crece a la sombra de los árboles altos de los bosques pluviales, es el ingrediente secreto para los tés y bebidas energizantes de la empresa Runa LLC. Tyler Gage, cofundador de Runa, se enteró por primera vez de la planta cuando vivía con los quichuas, una comunidad indígena en Ecuador. Los campesinos cultivaban la planta en sus “chacras”, que son terrenos para cultivos que se forman y florecen dentro un bosque pluvial en buen estado.
“Esas prácticas sostenibles han preservado la biodiversidad y el ecosistema del Amazonas durante milenios”, explicó Eliot Logan-Hines, director ejecutivo de la Fundación Runa. Trabajando con más de 2.500 agricultores, la empresa desarrolló un modelo de negocios que incluye a los agricultores en la toma de decisiones y promueve los derechos laborales y las inversiones en las comunidades indígenas.
Desde el año 2011 la Fundación Runa ha plantado más de un millón de árboles en los bosques pluviales.
“Nosotros consideramos que debemos fomentar y respetar este conocimiento ancestral para la supervivencia a largo plazo del Amazonas y del planeta”, señaló Logan-Hines.
I-DEV
Si has escuchado hablar de la “guayusa” es posible que sea porque I-DEV International en Perú ayudó a que el negocio de Runa creciera al conectarla con su primera entrada de capital. En América Latina, así como en otras partes, I-DEV conecta a empresas socialmente responsables con mercados e inversionistas.
I-DEV está al tanto de “los desafíos y realidades únicas en el crecimiento de negocios en mercados emergentes, así como de una extensa red de inversionistas que se sienten cómodos invirtiendo en esos países”, dijo Dan MacCombie, cofundador de Runa.
Desde 2009 la firma ha movilizado más de 40 millones de dólares para pequeñas empresas de alto impacto en todo el mundo.
Patricia Chin-Sweeney, cofundadora de I-DEV, afirma que en base al conjunto único de habilidades de la compañía para el desarrollo de negocios y el establecimiento de vínculos empresariales, ellos pueden comenzar a ofrecer una nueva perspectiva y crear nuevas oportunidades para las familias; y que la comunidad local puede y debe ser un contribuyente clave y beneficiase de la industria local.
Tegu
Chris Haughey quería construir una fábrica de juguetes de madera pero sin tener que recurrir a la explotación y deforestación ilegal que había presenciado en Honduras. Estableció Tegu junto con su hermano. Los bloques de construcción de juguete magnetizados son fabricados con madera proveniente de 400.000 hectáreas de bosques sostenibles.

Los bloques de Tegu incluso llamaron la atención del expresidente de Honduras, Ricardo Maduro Joest.
Maduro Joest indicó que desde hace años conoce el proyecto Tegu y ha tenido la oportunidad de familiarizarse con él, indicó. Comentó que Tegu fabrica productos de calidad mundial usando materia prima local y operando principalmente con los hondureños, y que esta empresa siempre se ha comportado con el máximo respeto y responsabilidad social con nuestro pueblo, medio ambiente y cultura.
Agregó que los bloques también han beneficiado a la economía hondureña. Dijo saber que sus productos se han vendido exitosamente en muchos mercados del mundo altamente desarrollados, donde normalmente solamente podían vender materias primas. Indicó que la combinación del elevado valor local agregado, de la conducta social altamente responsable y de la transferencia constante y efectiva de conocimientos a los mercados locales hace de Tegu un modelo sobresaliente para la creación de puestos sostenibles de trabajo.
Un empleado, Martín Alvarado, tiene grandes sueños para la compañía. Comentó que su deseo más grande, y piensa que seguro que se hará realidad, es que Tegu llegue a ser una marca mundial famosa. Dijo que debería ser así no solamente por su responsabilidad social, sino por dar la esperanza de un futuro mejor.
East Bali Cashews

Aaron Fishman aprendió mucho sobre la castaña, un cultivo local en el noreste de Bali, siendo un voluntario para el cuidado de salud en 2011. Al hablar con los pobladores “me sorprendió el enterarme de que casi toda la castaña de Indonesia se exporta para su procesamiento, a 10.000 kilómetros de distancia”, explicó.
En los pueblos de Desa Ban, la mayoría de los trabajadores ganaban menos de dos dólares diarios. La dieta balanceada y los gastos escolares con frecuencia eran un lujo. Sin embargo, Aron vio la oportunidad: si la gente de las comunidades vecinas procesaban y empaquetaban localmente la castaña, entonces podrían retener ese valor adicional.
Entonces, juntos a cuatro inversionistas locales, Fishman estableció la empresa East Bali Cashews, la cual ha crecido enormemente gracias a las ganancias con el procesamiento de la castaña y la inversión internacional con impacto. La mayor parte de sus 350 trabajadores son mujeres que previamente no tenían empleo”.
East Bali Cashews también opera el centro de aprendizaje infantil AnaKardia Kids para los hijos pequeños de los empleados.
La empresa trabaja con los agricultores para modernizar la producción de castaña. Una vez que los agricultores son capacitados para suministrar, en promedio pueden llegar a producir hasta 20 por ciento más de castaña y venderla a East Bali Cashews a un precio más alto.
Runa, I-DEV, Tegu y East Bali Cashews son finalistas del Premio del Secretario de Estado a la Excelencia Corporativa 2015 (en inglés) en la categoría de Pequeñas y Medianas Empresas. Estos premios, que se iniciaron en 1999, reconocen a empresas estadounidenses que son líderes en prácticas empresariales responsables en todo el mundo.