Cuando era niña en Ohio Kayla Harrison trató de jugar al fútbol, bailar ballet y otros varios deportes, “pero resultó que tirar gente al piso era lo que más me gustaba y quería ser la mejor del mundo en ello”.
Todo lo relativo al arte marcial del judo –llaves, reverencias e incluso las caídas al piso, maravillaban a Harrison a los seis años de edad, cuando comenzó a tomar clases en un “dojo” local, o sea una escuela para entrenamiento en artes marciales.
A los 21 ya había ido a las olimpíadas de Londres en 2012. Sorprendió a casi todos al derrotar en las semifinales a la brasileña Maya Aguiar, entonces la número uno en el mundo, antes de ganar la final ante Gemma Gibbons, de Gran Bretaña. Fue la primera vez que una estadounidense ganaba el oro olímpico en ese deporte.
La otra batalla de una judoca

Pero, para llegar a los Juegos Olímpicos de 2012 Harrison tuvo que pelear contra un trauma personal. “Mi primer entrenador abusó sexualmente de mí, y cuando tenía 16 años finalmente le conté a mi madre lo que había ocurrido”.
Se presentaron las acusaciones, el entrenador fue arrestado y enviado a prisión. ¿Y Harrison? “Yo quedé como un auto chocado. Sufría, pensaba en el suicidio y anidaba un montón de malos pensamientos. Y no sabía qué hacer con todo eso”, relata.
Se presentó en la puerta del gimnasio de judo que tenían el exolímpico estadounidense Jimmy Pedro y su padre. Con el apoyo de los dos entrenadores pudo regresar a la escuela y comenzó a visitar a un terapeuta. “Todos ellos hicieron que yo sintiera que podía volver a creer en mí misma”.
El judo se hizo su vida. Bajo un estricto régimen de entrenamiento Harrison pudo poner en orden su vida.

Durante la tormentosa experiencia “me di cuenta de que no había una gran organización para los sobrevivientes del abuso sexual”, ninguna salida para que la gente pueda ayudar a frenar la epidemia de violencia sexual”, dijo. “Pues se trata de una epidemia”.
La ONU calcula que como mínimo el 35 por ciento de las mujeres en el mundo experimentan violencia sexual. La cifra se acerca al 70 por ciento en algunos países. “Es algo que no distingue ni raza ni color, ni cuánto dinero tienes en tu cuenta en el banco”, afirma Harrison.
Es difícil precisar la cantidad exacta porque se calcula que apenas un 40 por ciento de las mujeres en el mundo busca ayuda. La mayoría, como Harrison, primero busca a la familia y los amigos.
Harrison compartió un mensaje con otras en situación similar. “Yo sé que están viviendo un infierno, sé que parece que nunca podrás volver a ser feliz otra vez. Pero puedo prometerles que si tú crees en ti misma, y encuentras el coraje para decir algo, hay una luz al final del túnel”.
‘Sin miedo’
Luego de su triunfo en Londres ella estableció la Fundación Sin Miedo (Fearless Foundation, en inglés) para combatir el abuso y ayudar a otras víctimas.

Relata que su programa ayuda a otros, especialmente jóvenes, a encontrar su pasión. “Mi meta para ello es que no tiene que ser solo el judo, sino que puede ser el tenis, la pintura, el tejido. Sea lo que sea, algo que te haga sentir otra vez entera”.
Puedes seguir a Kayla en su intento de conseguir una segunda medalla olímpica de oro en @Judo_Kayla. La competencia olímpica de judo se celebra del 6 al 12 de agosto en la Carioca Arena 2, en Río, donde Harrison competirá el 11 de agosto.
¿Quieres aprender una llave de judo?
En el vídeo a continuación Kayla Harrison muestra una llave básica de judo al aplicársela a Dave Fogelson, funcionario del consulado general de Estados Unidos en Río. Es posible que tú también puedas entrenarte para las próximas olimpíadas!