La agricultura sostenible deja de ser un lujo cuando hay miles de millones que alimentar

Mujer plantando plántulas en secciones delimitadas (Foto cedida por Conferencias TED/Flickr)
En Liberia, la agricultura de tala y quema era la norma. Ahora, los agricultores se enfocan en la sostenibilidad. (Foto cedida)

Peter Nyaki aprendió un par de cosas sobre la erosión del suelo. El suelo de su campo de hortalizas y árboles en Tanzania estaba perdiendo nutrientes y tornándose cada vez menos fértil, mientras que sus cosechas se estaban haciendo cada vez más escasas hasta que intentó un nuevo enfoque con el uso de abono orgánico y sembrado de pastos para prevenir la escorrentía durante la época de lluvias. Ahora su pequeña huerta alberga varios cultivos sanos, entre ellos, los frijoles, cuya cosecha ha aumentado en más del 60 por ciento.

Peter Nyaki cultiva con éxito plantas de café, pero podrá reemplazarlas con cultivos más aptos para las condiciones actuales del suelo. (Foto cedida)

Nyaki comparte lo que ha aprendido con sus colegas en el distrito de Lushoto. Algunos de sus vecinos intentan llevar adelante las prácticas agrícolas que tuvieron éxito en su lote. Nyaki es uno entre millones de agricultores del mundo que practican una agricultura más eficiente y que cuida el medioambiente al haber adoptado prácticas sostenibles. La agricultura sostenible (en inglés) fomenta métodos económicamente viables, ambientalmente adecuados y que protegen la salud pública.

El camino hacia la sostenibilidad

Los agricultores y la industria comercial de alimentos han logrado importantes avances en la alimentación mundial. Hace veinticinco años, el 23 por ciento de la población mundial estaba desnutrido. En la actualidad la cifra ha disminuido al 13 por ciento, según las Naciones Unidas.

Cosecha en abundancia. (© AP Images)

Sin embargo, estos logros supusieron algunos costos: la deforestación y la pérdida de hábitats, el agotamiento de recursos hídricos ya escasos, la contaminación del suelo y del mar por la escorrentía agrícola, la erosión del suelo y otros problemas en este. Además, las emisiones de gases de efecto invernadero debidas a la agricultura, la gestión forestal y la pesca casi se han duplicado en los últimos cincuenta años.

El desafío, entonces, es encontrar el modo de alimentar a los nueve mil millones de personas que se espera que habiten el mundo en 2050 sin destruir ni el medioambiente ni el clima, en otras palabras: producir un 70 por ciento más de alimento en menos superficie y con menos recursos.

La práctica constante de agricultura sostenible a escala global puede ayudar a los agricultores a cumplir esa meta, según un equipo de expertos internacionales (en inglés). “La sostenibilidad es una necesidad, no un lujo”, declaró Jim Horne al sitio web Freshgreens. Horne lidera el Centro Kerr para la Agricultura Sostenible (en inglés) en Poteau (Oklahoma), y es coautor de “The Next Green Revolution: Essential Steps to a Healthy, Sustainable Agriculture” (La próxima revolución verde: Pasos básicos hacia una agricultura sana y sostenible).

Todo esto era selva. (© AP Images)

Cosechar más con menos

“Veo un gran movimiento hacia la sostenibilidad”, señaló Pamela Matson, de la Universidad de Stanford, a learner.org (en inglés). “La clave es movernos a un paso mucho más rápido”. Algunos gobiernos, científicos y ONG ayudan a los agricultores a hacer esta transición.

Un santuario de República Dominicana cultiva cacao en forma sostenible (ver) a la vez que se preservan los pastos. (© AP Images)

Con la rotación de cultivos y el riego por goteo se consume menos agua y se usa muy poco o ningún fertilizante. La siembra directa, un modo de producir cultivos o pastos sin dañar el suelo con la labranza, podría impulsar el rendimiento del maíz en un 20 por ciento, además, cuando se combina con prácticas de riego sostenibles, el aumento puede llegar a cerca del 70 por ciento (en inglés).

Algunas de las nuevas tecnologías en agricultura empleadas por los agricultores estadounidenses se exhiben en el pabellón de Estados Unidos de la Expo de Milán 2015.

El agricultor como protagonista

La agricultura sostenible puede beneficiar a los agricultores. El aumento en el rendimiento y la reducción de gastos en fertilizantes y pesticidas pueden representar un ingreso más alto y una menor exposición a químicos dañinos.

Agricultores en el valle Yaqui, México, cuna de la revolución verde, vislumbran un futuro más sostenible. (© AP Images)

No obstante, a veces los agricultores le temen al cambio, carecen de dinero o de información suficiente, o no confían en que un grupo de extraños les diga lo qué deben hacer. Las cooperativas de agricultores y las escuelas de agricultura en el terreno son espacios para compartir ideas y conocimientos que pueden fomentar prácticas sostenibles. Los funcionarios gubernamentales pueden hacer la tarea más fácil para que los agricultores efectúen el cambio.

Cuando un funcionario vietnamita impulsó el sistema de intensificación de cultivo de arroz (SRI), obtuvo como resultado una mayor producción de arroz con un menor uso de fertilizantes y agua.

Gracias a SRI, se siembran plántulas de arroz con más distancia en un patrón de cuadrícula. (Foto cedida)

Algunos programas internacionales, como el programa de Estados Unidos Alimentar el Futuro (en inglés), trabajan para desarrollar tecnologías y métodos específicos e inteligentes para tratar las condiciones climáticas. La agroindustria y las empresas de alimentos también pueden contribuir al cambio. Empresas como Campbell Soup Company y General Mills han empezado a adoptar prácticas sostenibles en sus cadenas de suministro. En la India, Coca-Cola y una ONG local impulsaron el riego por goteo y otras prácticas sostenibles mediante la capacitación y el equipamiento de los productores de mango en el estado de Andhra Pradesh.

Semillas de cambio

La investigación es clave para avanzar más. El proyecto Catalyst promueve innovaciones agrícolas que reducen la escorrentía de pesticidas y fertilizantes a la laguna de la Gran Barrera de Arrecifes de Australia. En el África subsahariana, donde algunos agricultores apenas pueden costear el uso de fertilizantes, muchos optan por el uso de “microdosis”, o bien realizan una medición precisa de los nutrientes necesarios para cada hueco donde hay una semilla. Su herramienta de alta tecnología consiste en una simple tapa de botella.

Para la próxima década, los investigadores esperan producir variedades vegetales que utilicen menos fertilizantes y produzcan más.

La mayor esperanza, según Norman Uphoff, de la Universidad de Cornell, es comprender mejor el papel que desempeñan miles de millones de microorganismos en la fertilización de suelos y plantas. “Necesitamos el equivalente a la revolución copernicana para aprovechar el potencial de estos microorganismos”, señala.