Manos afroestadounidenses entrelazadas y levantadas frente a una bandera estadounidense (© AP Images)
En una demostración de unidad, las personas juntan sus manos tras la muerte de nueve feligreses negros durante una sesión de estudio bíblico. (© AP Images)

Un crimen concebido para sembrar el odio racial ha surtido el efecto contrario.

Los miembros de una iglesia y los habitantes de Carolina del Sur han sabido perdonar al joven blanco que en junio de 2015, tras unirse a un grupo de estudio bíblico de la iglesia de Charleston, disparó a nueve miembros afroestadounidenses, aparentemente por odio.

Cientos de dolientes, tanto blancos como negros, permanecieron de vigilia fuera de la iglesia metodista episcopal africana Emanuel, no solo tras el tiroteo, sino un año después, durante el evento “Victoria en el valle” llevado a cabo en la ciudad a lo largo de 12 días.

Los residentes de Charleston, de diversas razas y religiones, rindieron homenaje a quienes perdieron la vida, y también rezaron. Juntos, en la ciudad que alguna vez fue centro del comercio de esclavos de Estados Unidos, decidieron salir adelante.

Más importante aún, la ciudad abordó en forma sincera la motivación racial de esta matanza, sostuvo Joseph P. Riley, alcalde de Charleston en el momento de la masacre y en el cargo durante 40 años. “No debemos esconder los hechos bajo el tapete. Este fue un crimen producido por el fanatismo racial más tremendo”, afirmó.

Alcalde Joseph P. Riley Jr. caminando por una Calle de Charleston, Carolina del Sur (© AP Images)
El exalcalde Joseph P. Riley estaba decidido a hacer que la ciudad respondiera “con amor” al tiroteo. (© AP Images)

Responder al odio con perdón

La decisión de los miembros de la iglesia, también conocida como “Madre Emanuel”, de perdonar al asesino pocos días después del ataque, motivó a un grupo de políticos de Illinois a nominar a la iglesia para el premio Nobel de la Paz.

“Toda la comunidad de Charleston —miembros de la iglesia, ciudadanos comunes, líderes políticos, líderes empresariales y fuerzas del orden— se unieron para apoyar a aquellas familias que habían perdido a algún ser querido. Pero se unieron en un espíritu de perdón, amor y paz, no de ira u odio”, sostuvo el grupo.

En 2015, inspirado por la tolerancia y el perdón de los feligreses de la iglesia “Madre Emanuel”, el gobernador de Carolina del Sur acabó con una controversia suscitada desde hace décadas, cuando solicitó que se quitara la bandera confederada del edificio de la cámara estatal de representantes de Carolina del Sur.

El presunto tirador, que sostuvo que con su acción esperaba iniciar una guerra racial, tenía fotos suyas con la bandera confederada, considerada por muchos como un símbolo racista de la Guerra Civil. El autor aguarda ser enjuiciado por nueve casos de asesinato y 33 cargos federales, incluidas 24 violaciones a los estatutos de crímenes de odio.

Dos personas junto a la puerta de la iglesia, decorada con flores y recordatorios (© AP Images)
Residentes de Charleston frente a la iglesia “Madre Emanuel”, un año después del tiroteo (© AP Images)

Tras un año oscuro, “comienza a amanecer”

Cuando ocurrió el tiroteo, la ciudad había conseguido 75 millones de dólares para el Museo Internacional Afroestadounidense (en inglés), el cual será construido en donde antiguamente se emplazaba el puerto de Gadsden, punto de entrada de cien mil esclavos.

El tiroteo intensificó el compromiso de la ciudad con el proyecto.

En los meses transcurridos desde el fatídico evento, Charleston y “Madre Emanuel” han estado trabajando en colaboración con la Universidad Médica de Carolina del Sur en el desarrollo de un “proyecto de resistencia” en uno de los edificios de la iglesia. Este proyecto recibe financiación parcial del gobierno federal y tiene como objetivo brindar asistencia a las víctimas, no solo de esta tragedia, sino de otros crímenes violentos.

“Creo que ya no transitamos más por el valle de la sombra de la muerte”, afirmó William Dudley Gregorie, quien se encontraba presente en la iglesia “Madre Emanuel” aquél día, pero que abandonó el grupo minutos antes de que llegara el asaltante. “Comienza a amanecer, y finalmente estamos viendo la luz”, agregó Gregorie, administrador de la iglesia y concejal de la ciudad de Charleston.

Pero más allá de la iglesia y de la ciudad, el presidente Obama ve una nación unida en esta tragedia, tal como expresó en el elogio (en inglés) que hizo al reverendo Clementa C. Pinckney, pastor de “Madre Emanuel” y víctima del tiroteo.

“El presunto asesino nunca imaginó cómo la ciudad de Charleston…cómo el estado de Carolina del Sur, cómo Estados Unidos de América respondería; no simplemente con aversión a este acto perverso, sino con una gran generosidad de corazón y, lo que es más importante, con una introspección y un examen de conciencia que raramente vemos en la vida pública”, manifestó Obama.

Este es considerado uno de los mejores discursos del presidente Obama. Y tras pronunciar estas palabras, el presidente se unió a la congregación para entonar el himno “Amazing Grace“.

(Vídeo en inglés)